martes, 31 de enero de 2012

Hasta luego

"...¿qué cosa fuera, qué cosa fuera la maza sin cantera?
un amasijo hecho de cuerdas y tendones,
un revoltijo de carne con madera,
un instrumento sin mejores pretensiones, que lucecitas montadas para escena..."

Cuando faltan los motivos, sobra lo demás. La cantera dejó de respirar y ahora la maza es inservible.

Hago un cierre, quizás temporal o no, no lo sé, a este espacio. No soy muy bueno para esto por lo que solo me resta desearle a las pocas y valiosas personas que llegaban a leer o comentar, que encuentren un mejor lugar donde disponer su tiempo. Perdón y gracias.

Sin más, Mercedes: 

lunes, 16 de enero de 2012

La tierra madre

El fútbol es de contextos, tanto dentro como fuera de la cancha. Fútbol no es solo fútbol. Para entender el fútbol africano, hay que entender África. En la cuna de la humanidad, el fútbol es algo diferente. Así como puede detener guerras -pan de cada día- desatan otras. Un día se juega y al otro, no. Un día se rie y al otro, no. Un día se vive y al otro, no. África es el conflicto constante. Un amargo e interminable espiral de lamentos. La mirada triste, más sin embargo, llena de esperanza. Una región que -al igual que Latinoamérica- hace muchos años le fueron bendados sus ojos y mutiladas sus piernas, y aun así, camina y sonríe como el niño que en una en una maraña de trapos que pasea entre pierna y pierna en los polvorientos barrios africanos ve sus ilusiones rodar.

En Guinea Ecuatorial y Gabón, dos de las tierras más prósperas del continente, se reune África. Sin el rey egipcio, cuatro son los aspirantes al cetro: Senegal, selección perdida desde aquel divertido equipo que sorprendió al mundo en Córea y Japón 2002, se presenta al evento con un arsenal ofensivo que roza lo ilegal. Niang, Camara, N'Doye y Cissé esperan su oportunidad ante los deslumbrantes Ba y Sow, grandes apariciones del fútbol internacional. Acompañados de la exhuberante velocidad y regate de Issair Dia, pueden hacer de los Leones de Teranga el equipo espectáculo de la competición. Ghana, afronta el reto con la base de jugadores que disputó el pasado Mundial con la sensible baja de Kevin-Prince Boateng y siendo un equipo menos escrupuloso que el de Milovan Rajevac. Annan, los Ayew y el eterno Gyan buscan hacerse con el esquivo trono. Costa de Marfil y su vasta experiencia buscan retirar con honores a un desafortunado internacionalmente, Didier Drogba. Bony su posible relevo, Yaya Touré y Gervinho, escudados por Cheick Tioté, los responsables. Finalmente, Marruecos busca ser el tapado del evento. Belhanda, Taarabt y Boussoufa, son tan desequilibrantes como intermitentes, de ellos depende hasta donde llegue la estrella verde.

No basta con verlos día a día en las competiciones europeas. Allí son hombres que despertaron de la niñez, son diferentes. En sus tierras, vuelven a ser niños. Desde el 21, África abre sus puertas para que apreciemos a aquellos infantes que con la mirada perdida soñaban con alcanzar la gloria y dignificar sus orígenes. Y qué mejor manera de hacerlo que en casa. La tierra madre, es la referencia. Siempre.


*Derechos de autor de la primera imagen

lunes, 5 de diciembre de 2011

El último demócrata

"No juegues para ganar, juega para que no te olviden" Sócrates fue especial. En todos los sentidos, se demarcaba de lo demás. Era único. No es común que un futbolista sea médico, filósofo y político a la vez. Tampoco que un tipo de más de 190 cm manejara el balón tal suficiencia y elegancia, sobretodo en la base de la jugada. O doutor era atípico, su pinta bohemia y por que no, mística, llamaba la atención, al igual que el equipo que comandó en España. 

Su fútbol inspiraba calma, así como su voz. "El fútbol es colectivo: no sirve que todos corran. Unos corren, otros piensan. Yo pienso" Y era cierto, físicamente iba a unos 10 km/h pero mentalmente, iba pasado de velocidad. Pases al espacio, paredes, permutas, coberturas, tiros al ángulo...y tacones.  A esa sutileza que impregnaba en el trote, le agregaba un movimiento tan agresivo como artístico. Los hacía como quería, cuando quería y donde quería: "La belleza del juego es proporcional a la libertad de los actores" Hoy los tacos están prohibidos, es una mala costumbre de los rebeldes. Sin embargo, para Sócrates la libertad era mejor que respirar, y así vivió, en libertad. No tenía impedimentos para hacer o no hacer. Ávido fumador de cigarrillo y frecuente pasador de cerveza, que de llegar a excesos le podian costar la vida. 

Sin embargo, El Doctor sabía de la diferencia entre libertad y libertinaje, por lo que pregonaba la Liberdade com Responsabilidade, concepto que hacía parte de la aclamada Democracia Corintiana. En los '80, Sudamérica afrontaba una de sus épocas más oscuras. Una serie de dictaduras de índole militar (financiadas por los Estados Unidos) azotaron a la región. Videla en Argentina, Banzer en Bolivia, Figueiredo en Brasil, Pinochet en Chile, Stroessner en Paraguay y Bordaberry en Uruguay, amparados por la Operación Cóndor de la CIA, tiñeron de sangre la parte sur del continente americano. Centrándonos en el caso brasileño, Figueiredo, anticipándose a las irremediables manifestaciones pro-democráticas que sucederían en el país, decidió utilizar el fútbol como panem et circenses y creó un torneo de 94 equipos. Entre tanto, en la clandestinidad de San Pablo, Sócrates, Zenon, Wladimir y Casagrande en conjunción con Atilson Monteiro Alves, gestaban la Democracia Corintiana, movimiento político que utilizaría al fútbol para reclamar democracia en Brasil. El club creo una especie de asamblea, en donde todos los integrantes de la institución participaban de las decisiones de la misma. Todos votaban, todos participaban, todos se escuchaban. El consenso era la regla. Decisiones como la elección del entrenador, el sistema de juego o la independencia de la vida privada del jugador, fueron tomadas en la colectividad. "Si cada jugador cuidara de la propia resistencia, sería más responsable"  No obstante, la utilización de cintas amarillas en las camisetas o pancartas en favor de la democracia fueron elementos distintivos del equipo durante el tiempo que duró la Democracia Corintiana. Lastimosamente, elementos disipadores y un presunto fraude en las elecciones de la junta, acabaron con el movimiento. ¿Resultados? Dos campeonatos paulistas, un superávit record y la muestra de que el autogobierno así como la asociación colectiva funcionan.


O Doutor fue más que un futbolista, era la antitésis del mundo contemporáneo. No entendía de la competitividad como ley natural de la vida. El colectivismo lo veía como el conjunto de acciones a seguir, empero, respetando al individuo y a la dignidad humana. Él era el colectivo, la cooperación. Jugó para no ser olvidado, será recordado por siempre. 


"Muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que gastamos en el fútbol hacia algo positivo para la humanidad, pues a fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola. Y atrás de esa bola, vemos niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos y gordos. Con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida" Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira (1954-2011)




*Derechos de autor de la primera imagen
**Derechos de autor de la segunda imagen
***Derechos de autor de la tercera imagen

lunes, 24 de octubre de 2011

Disfrutar mientras dure

Bendita austeridad, aquella tan necesaria cuando los vientos soplan a contracorriente y suficiente para otorgar resultados a un trabajo. Así llegó el Levante a esta temporada, con discreción, esfuerzo y coherencia, en lo técnico, físico y futbolístico. Se fue Caicedo pero llegó Koné. Diferentes intérpretes para una misma idea, muy sencilla eso sí, ya que entender -y disfrutar- al Levante no es muy complejo, para ello, basta con interpretar su fase defensiva y su transición ofensiva. 

Es un equipo muy rígido posicionalmente que se asienta en su campo para defender su arco. Al momento de perder el balón, todos se repliegan de forma intensiva para ocupar sus respectivos lugares. La distancia entre líneas es muy poca, un bloque tanto para atacar como para defender. Ya cuando el rival tiene el balón, son ocho jugadores ocupando el ancho del campo y a esto se le suma el segunda punta que termina de formar el muro. Si un compañero es sobrepasado (que difícilmente pasa dado que suelen ganar en el uno contra uno) hay otro para hacer la cobertura. Las ayudas son constantes y los esfuerzos mínimos. Igualmente, el Levante se ciñe incuestionablemente a su espacio, sin arriesgar y se disponen a cerrar todas las líneas de pase posibles, obteniendo así que el balón no pase del primer cuarto de su mitad para después lanzar el ataque.


Con el balón en los pies, el conjunto granote, por alguna razón pega siempre en los momentos justos, esto unido a su orden táctico va desgranando al rival. Recuperan el balón e inmediatamente lanzan la veloz aunque no esplendorosa transición defensa-ataque. Aquí es donde Arouna Koné entra en juego. El marfileño, liberado de tareas defensivas, es tanto el hombre objetivo como la bomba de oxigeno. Koné se ubica de tal forma que la transición no se entorpece, genera espacios con su movilidad para que Juanlu y Valdo corran de forma plácida. En adición, cuando está en soledad, protege el balón con suficiencia de tal forma de que la segunda línea llegue, en donde siempre está Barkero para el apoyo y darle un respiro más al equipo. Si no hay referencia en el área, alguien llegará más no estará ahí, lo importante es que ese espacio esté y llegue a ser ocupado.  

Han pasado solamente 8 fechas en una liga a la que le hacen falta 30 jornadas más. Han firmado muy buenas actuaciones dejando impresiones inesperadas y un nivel de autoestima enorme que les han dado el justo liderato y la gratitud del ambiente futbolero de ser una bocanada de aire fresco para la liga española. Sin embargo, en algún momento, llegarán los desajustes defensivos, la inestabilidad emocional y la falta de pegada, por lo que la conquista de la liga se hace utópico. Ser consistentes será el reto. Mientras tanto, disfrutar.


*Derechos de autor de la primera imagen
**Derechos de autor de la segunda imagen 

domingo, 2 de octubre de 2011

El Príncipe

París, palabra que rememora elegancia. Es más, por metonimia dicho concepto se asocia a la nación francesa, el Parc des Princes puede sustentar aquello y más con su nuevo príncipe. Aquí se presenciaría el partido del año en la Ligue 1, Paris Saint-Geirman vs Olympique Lyonnais, donde parisinos y lionénses esperaban dar el golpe de autoridad que les dejará enfilados para competir por el campeonato. 

Los de Kombouaré formaron con su típico 4-4-1-1 y sus cuatro mediapuntas: Nenê, Ménez, Gameiro y Pastore. El PSG es un equipo totalmente vertical, no hay pase atrás ni ralentización de juego. Sus cuatro jugadores de ataque son los únicos que cumplen la función de pisr el área rival. El vértigo es total y por momentos el desorden. La movilidad entre ese cuarteto en la frontal del área además de la inexistencia de un nueve fijo dada la tendencia de Gameiro de caer al carril derecho o entre líneas, genera una especie de embotellamiento que los hace espesos por momentos. No obstante, ante el Lyon la pelota tenía que llegar a la izquierda, es decir al Huesito, y desde ahí  montar juego. La jugada del entrenador caledonio se vio beneficiada por la alineación del míster del Lyon que supuso que Briand y Réveillère podrían constituir un tapón en banda derecha -al igual que Bastos y Cissokho en el sentido contrario- lo que no sucedió. La laguna que existía en la banda izquierda y la no contraposición con sus demás compañeros, que entendían que ese espacio era de Javier, le daba el contexto ideal para el jugador franquicia del club. Pastore fue la piedra angular, recibía (de Matuidi por lo general), distribuía, arrastraba marcas, bajaba a traer el balón y llegaba al área con propiedad. Así, llegando y en conducción, llegó su justo premio, el gol y un reconocimiento a su buen partido.

187 centímetros. 40 millones de Euros. 22 años. Campeón moral con Huracán y animador con el Palermo. El flaco se mueve con naturalidad y libertad por los tres carriles, aunque cuando inicia y juega con su perfil natural es donde mejor se disfruta su fútbol. De espaldas no resta continuidad, siempre hay alguna finta o un pase de primera que lo saca del embrollo. No le molesta caer a banda e intentar el 1x1. Sin embargo, es en la llegada donde Pastore es un elemento clave, ya sea desde la conducción o segunda línea. Ahí su dribble y visión de juego se imponen. En la selección de su país ha gozado de pocas oportundidades, tanto en el Mundial de Sudáfrica con Diego Maradona en el banquillo como con Sergio Batista en la pasada Copa América. A pesar de que ha demostrado entendimiento con el capitán, es poco probable que entré como habitual en el esquema de Alejandro Sabella, aunque sus actuaciones en el conjunto de la capital francesa pueden plantearle la disyuntiva al entrenador.

No es una estrella y su techo es indescifrable. Llegar al PSG fue una buena decisión. Es el emblema de un proyecto de mediano impacto de poca presión comparada con las de sus pasadas novias de mercado. Las capitales europeas tienen un club grande con un proyecto serio e influyente, París hace ya un tiempo que no lo posee. Leonardo, Makélélé, Kombouaré y sobretodo Pastore pueden ubicar, de nuevo, a la ciudad romántica en el mapa futbolero del viejo continente o al menos en la misma Francia.

martes, 27 de septiembre de 2011

Buscando el Bronce Europeo

Dista mucho de la complejidad de Van Gaal y aquel equipo que hace dos años disputaba la final de la UEFA Champions League. Hoy, el Bayern München es un equipo que es más coherente con la metamorfósis que ha sufrido el fútbol alemán desde que Klinsmann y Löw tomaran las riendas de Die Mannschaft, es decir, posesión y creatividad, conceptos que pueden ser suficientes para que el equipo de Münich sea el outsider a seguir en esta Copa de Europa. 

Ante el Manchester City del especial Roberto Mancini, vimos a un Bayern que mostró señas de porque es el líder de la Bundesliga. Como decia antes, el equipo de Jupp Heynckes es un colectivo coetáneo con el estilo imperante alemán: generar ventajas desde la posesión del balón sin perder su verticalidad característica. Los de Münich respetaban las fases de juego e iban a distintas velocidades. En su campo, mueven el balón con mucha pasimonia, cuando pisaban la mitad del campo rival sabían cuando acelerar y cuando dar un pase atrás que llena de confianza a sus jugadores. Igualmente, su ataque posicional era muy dinámico. El balón recorría todo el ancho del campo, dando un aire de superioridad frente a su rival. Müller y Ribery, en su rol de mediaspuntas y su tendencia  a la zona de remate y de interiores respectivamente, dejaban el carril a  merced de los dos laterales de largo recorrido como Rafinha y Lahm  que terminaban filtrando balones a Mario Gómez y su inexplicable capacidad para encontrar -y capitalizar- balones sueltos en la boca del área.

Sin embargo, el balón no fue su argumento defensivo, al menos en la primera mitad. Dos líneas de cuatro con muy poco espacio entre ellas, la línea defensiva bastante adelantada buscando anticipar la recepción de los jugadores del City y la de volantes achicando, presionando por lapsos la salida del balón inglesa y cerrando líneas de pase. Esa defensa en bloque logró desactivar al Manchester y aislar a sus jugadores más importantes durante toda la primera parte. No obstante, en la segunda mitad, ayudado por Mancini y sus particulares sustituciones, los bávaros controlaron el partido en su totalidad, recostándose en la izquierda con Ribery y sus sprints además de mover el balón de un lado a otro sin el ánimo de marcar más goles a pesar de haber tenido más de una oportunidad.

Han transcurrido dos jornadas de la Liga de Campeones y siete de la Bundesliga, en el global de ambas competiciones han sido el conjunto más sólido, muchos goles a favor y solo 1 encajado pero con la sensación de que este equipo (junto al Manchester United) anime la competición, y porque no, logren cuestionar el poderío de los dos colosos europeos.  

martes, 20 de septiembre de 2011

Imparable, Inexperto e Insoportable

Tres equipos -con base a su performance de las primeras jornadas- ya postularon su nombre para recibir el trofeo de campeón de la vigésima edición de la English Premier League: Manchester United, Chelsea y Manchester City. Tres historias, tres estilos, tres jugadores, un solo objetivo. He aquí, abriendo la segunda temporada de este blog, algunas impresiones y comentarios de dichos clubes, pasadas cinco jornadas del campeonato inglés:

La ciudad de Manchester es roja.

Wembley fue la última parada para muchos. Era el Manchester más práctico y menos vistoso de los últimos años. Todo se reducía a Old Trafford. Ahí donde el United es casi-invencible. Van der Sar, Ferdinand, Scholes y Giggs, querían 'despedirse' por la puerta grande y dejarle el lugar a los De Gea, Smalling, Jones, Cleverly, Young y Wellbeck. Sucedido lo que tenía que suceder en Londres, Ferguson empezó a reacomodar el equipo para la presente temporada, en donde será el rival a vencer dada su habitual competitividad y óptima propuesta futbolística. Igualmente, Fergie conoce el 'ADN Old Trafford', sabe que jugador está hecho para el club y cual no, lo cual le facilita el trabajo. El punto de partida es su típico 4-2-4, la horizontalidad de Nani y la verticalidad de Young más el alargue que ofrece Chicharito. Todo esto con el fin de que la zona de interiores quede en condiciones para el jugador contextual del equipo: Wayne Rooney. Se mueve en 3/4 inicialmente, si el juego no fluye, retrocede hasta la base y empieza a organizar, el balón abre a banda, tira un desmarque de apoyo si es necesario y cuando menos piensas está en zona de remate. Un partido del Manchester te ofrece más de un Rooney para disfrutar. Wayne no quiere ser más el tercero en discordia de la élite, el equipo está con él, ésta es su temporada. La omnipresencia futbolística del '10' será el mayor aliciente para ver a un United imparable. 


Villas-Boas lo tiene todo

Aires de renovación soplaban por Stamford Bridge. La serie de futbolistas que hicieron grande al Chelsea que por cosas del destino, no posee en sus vitrinas una Copa de Europa, ha tocado su techo. No obstante, en el intento de tapar el hueco que dejó José Mourinho, los blues ficharon al flamante André Villas-Boas como su sucesor. El ex-asistente de Mou, viene con el rótulo de ser un 'baby Mourinho' cuando sus únicas similitudes se encuentran en su nacionalidad y carácter ganador. El Chelsea de Villas-Boas está proyectado para ser un equipo donde la elaboración de la jugada sea el factor fundamental que genere una progresión sistemática de futbolistas al campo rival con el fin de generar superioridad numérica y futbolística. Todo esto en concordancia con su fichaje estrella: Juan Mata. El español inicia desde la banda pero su tendencia a la frontal es notoria. Es '10'. El desdoblamiento de los laterales permite su libre movilidad aunque mal complementada por las carencias de Ramires y Lampard. La sinergia que puede conformar con Torres y la forma en que el equipo automatice el resultado de la misma, así como la consolidación de los Romeu, Sturridge y David Luiz, serán clave. El crecimiento de este Chelsea, aun inexperto, es el tópico a seguir esta temporada. 

Un equipo de primera, para un entrenador de segunda

Todos tuvimos la suerte (o la desdicha) de ver lo que era capaz el City de la mano de Roberto Mancini. Dados sus mediocres planteamientos e inexplicables decisiones, los ciudadanos solo pudieron conformarse con la F.A Cup. Ahora, son más mediáticos y son candidatos -en mayor o menor medida- a todo las competiciones que juegan. El italiano alínea un 4-2-3-1 algo frágil atrás, dado el poco talento en sus defensores como para mantener una fase defensiva en condiciones plenas, sin embargo, es un arma de destrucción masiva adelante, a pesar de no ser muy 'especial' lo que pretenden arriba. Silva es el alfa, el chino es mediocentro, volante y mediapunta a la vez; Touré, es despliegue, el batir líneas y la llegada, empero, el salto de calidad se llama Sergio AgüeroLos que no vimos a Romário en su esplendor, podemos disfrutar del Kun. El Kun, al filo de la línea del fuera de lugar y el último defensor, es determinante. Su dribble es contundente, al igual que sus diagonales y desmarques. En ésta temporada, no hay más excusas. La plantilla por calidad es más que capaz. Sin embargo, todo depende de un insoportable Roberto Mancini.