lunes, 5 de diciembre de 2011

El último demócrata

"No juegues para ganar, juega para que no te olviden" Sócrates fue especial. En todos los sentidos, se demarcaba de lo demás. Era único. No es común que un futbolista sea médico, filósofo y político a la vez. Tampoco que un tipo de más de 190 cm manejara el balón tal suficiencia y elegancia, sobretodo en la base de la jugada. O doutor era atípico, su pinta bohemia y por que no, mística, llamaba la atención, al igual que el equipo que comandó en España. 

Su fútbol inspiraba calma, así como su voz. "El fútbol es colectivo: no sirve que todos corran. Unos corren, otros piensan. Yo pienso" Y era cierto, físicamente iba a unos 10 km/h pero mentalmente, iba pasado de velocidad. Pases al espacio, paredes, permutas, coberturas, tiros al ángulo...y tacones.  A esa sutileza que impregnaba en el trote, le agregaba un movimiento tan agresivo como artístico. Los hacía como quería, cuando quería y donde quería: "La belleza del juego es proporcional a la libertad de los actores" Hoy los tacos están prohibidos, es una mala costumbre de los rebeldes. Sin embargo, para Sócrates la libertad era mejor que respirar, y así vivió, en libertad. No tenía impedimentos para hacer o no hacer. Ávido fumador de cigarrillo y frecuente pasador de cerveza, que de llegar a excesos le podian costar la vida. 

Sin embargo, El Doctor sabía de la diferencia entre libertad y libertinaje, por lo que pregonaba la Liberdade com Responsabilidade, concepto que hacía parte de la aclamada Democracia Corintiana. En los '80, Sudamérica afrontaba una de sus épocas más oscuras. Una serie de dictaduras de índole militar (financiadas por los Estados Unidos) azotaron a la región. Videla en Argentina, Banzer en Bolivia, Figueiredo en Brasil, Pinochet en Chile, Stroessner en Paraguay y Bordaberry en Uruguay, amparados por la Operación Cóndor de la CIA, tiñeron de sangre la parte sur del continente americano. Centrándonos en el caso brasileño, Figueiredo, anticipándose a las irremediables manifestaciones pro-democráticas que sucederían en el país, decidió utilizar el fútbol como panem et circenses y creó un torneo de 94 equipos. Entre tanto, en la clandestinidad de San Pablo, Sócrates, Zenon, Wladimir y Casagrande en conjunción con Atilson Monteiro Alves, gestaban la Democracia Corintiana, movimiento político que utilizaría al fútbol para reclamar democracia en Brasil. El club creo una especie de asamblea, en donde todos los integrantes de la institución participaban de las decisiones de la misma. Todos votaban, todos participaban, todos se escuchaban. El consenso era la regla. Decisiones como la elección del entrenador, el sistema de juego o la independencia de la vida privada del jugador, fueron tomadas en la colectividad. "Si cada jugador cuidara de la propia resistencia, sería más responsable"  No obstante, la utilización de cintas amarillas en las camisetas o pancartas en favor de la democracia fueron elementos distintivos del equipo durante el tiempo que duró la Democracia Corintiana. Lastimosamente, elementos disipadores y un presunto fraude en las elecciones de la junta, acabaron con el movimiento. ¿Resultados? Dos campeonatos paulistas, un superávit record y la muestra de que el autogobierno así como la asociación colectiva funcionan.


O Doutor fue más que un futbolista, era la antitésis del mundo contemporáneo. No entendía de la competitividad como ley natural de la vida. El colectivismo lo veía como el conjunto de acciones a seguir, empero, respetando al individuo y a la dignidad humana. Él era el colectivo, la cooperación. Jugó para no ser olvidado, será recordado por siempre. 


"Muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que gastamos en el fútbol hacia algo positivo para la humanidad, pues a fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola. Y atrás de esa bola, vemos niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos y gordos. Con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida" Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira (1954-2011)




*Derechos de autor de la primera imagen
**Derechos de autor de la segunda imagen
***Derechos de autor de la tercera imagen

lunes, 24 de octubre de 2011

Disfrutar mientras dure

Bendita austeridad, aquella tan necesaria cuando los vientos soplan a contracorriente y suficiente para otorgar resultados a un trabajo. Así llegó el Levante a esta temporada, con discreción, esfuerzo y coherencia, en lo técnico, físico y futbolístico. Se fue Caicedo pero llegó Koné. Diferentes intérpretes para una misma idea, muy sencilla eso sí, ya que entender -y disfrutar- al Levante no es muy complejo, para ello, basta con interpretar su fase defensiva y su transición ofensiva. 

Es un equipo muy rígido posicionalmente que se asienta en su campo para defender su arco. Al momento de perder el balón, todos se repliegan de forma intensiva para ocupar sus respectivos lugares. La distancia entre líneas es muy poca, un bloque tanto para atacar como para defender. Ya cuando el rival tiene el balón, son ocho jugadores ocupando el ancho del campo y a esto se le suma el segunda punta que termina de formar el muro. Si un compañero es sobrepasado (que difícilmente pasa dado que suelen ganar en el uno contra uno) hay otro para hacer la cobertura. Las ayudas son constantes y los esfuerzos mínimos. Igualmente, el Levante se ciñe incuestionablemente a su espacio, sin arriesgar y se disponen a cerrar todas las líneas de pase posibles, obteniendo así que el balón no pase del primer cuarto de su mitad para después lanzar el ataque.


Con el balón en los pies, el conjunto granote, por alguna razón pega siempre en los momentos justos, esto unido a su orden táctico va desgranando al rival. Recuperan el balón e inmediatamente lanzan la veloz aunque no esplendorosa transición defensa-ataque. Aquí es donde Arouna Koné entra en juego. El marfileño, liberado de tareas defensivas, es tanto el hombre objetivo como la bomba de oxigeno. Koné se ubica de tal forma que la transición no se entorpece, genera espacios con su movilidad para que Juanlu y Valdo corran de forma plácida. En adición, cuando está en soledad, protege el balón con suficiencia de tal forma de que la segunda línea llegue, en donde siempre está Barkero para el apoyo y darle un respiro más al equipo. Si no hay referencia en el área, alguien llegará más no estará ahí, lo importante es que ese espacio esté y llegue a ser ocupado.  

Han pasado solamente 8 fechas en una liga a la que le hacen falta 30 jornadas más. Han firmado muy buenas actuaciones dejando impresiones inesperadas y un nivel de autoestima enorme que les han dado el justo liderato y la gratitud del ambiente futbolero de ser una bocanada de aire fresco para la liga española. Sin embargo, en algún momento, llegarán los desajustes defensivos, la inestabilidad emocional y la falta de pegada, por lo que la conquista de la liga se hace utópico. Ser consistentes será el reto. Mientras tanto, disfrutar.


*Derechos de autor de la primera imagen
**Derechos de autor de la segunda imagen 

domingo, 2 de octubre de 2011

El Príncipe

París, palabra que rememora elegancia. Es más, por metonimia dicho concepto se asocia a la nación francesa, el Parc des Princes puede sustentar aquello y más con su nuevo príncipe. Aquí se presenciaría el partido del año en la Ligue 1, Paris Saint-Geirman vs Olympique Lyonnais, donde parisinos y lionénses esperaban dar el golpe de autoridad que les dejará enfilados para competir por el campeonato. 

Los de Kombouaré formaron con su típico 4-4-1-1 y sus cuatro mediapuntas: Nenê, Ménez, Gameiro y Pastore. El PSG es un equipo totalmente vertical, no hay pase atrás ni ralentización de juego. Sus cuatro jugadores de ataque son los únicos que cumplen la función de pisr el área rival. El vértigo es total y por momentos el desorden. La movilidad entre ese cuarteto en la frontal del área además de la inexistencia de un nueve fijo dada la tendencia de Gameiro de caer al carril derecho o entre líneas, genera una especie de embotellamiento que los hace espesos por momentos. No obstante, ante el Lyon la pelota tenía que llegar a la izquierda, es decir al Huesito, y desde ahí  montar juego. La jugada del entrenador caledonio se vio beneficiada por la alineación del míster del Lyon que supuso que Briand y Réveillère podrían constituir un tapón en banda derecha -al igual que Bastos y Cissokho en el sentido contrario- lo que no sucedió. La laguna que existía en la banda izquierda y la no contraposición con sus demás compañeros, que entendían que ese espacio era de Javier, le daba el contexto ideal para el jugador franquicia del club. Pastore fue la piedra angular, recibía (de Matuidi por lo general), distribuía, arrastraba marcas, bajaba a traer el balón y llegaba al área con propiedad. Así, llegando y en conducción, llegó su justo premio, el gol y un reconocimiento a su buen partido.

187 centímetros. 40 millones de Euros. 22 años. Campeón moral con Huracán y animador con el Palermo. El flaco se mueve con naturalidad y libertad por los tres carriles, aunque cuando inicia y juega con su perfil natural es donde mejor se disfruta su fútbol. De espaldas no resta continuidad, siempre hay alguna finta o un pase de primera que lo saca del embrollo. No le molesta caer a banda e intentar el 1x1. Sin embargo, es en la llegada donde Pastore es un elemento clave, ya sea desde la conducción o segunda línea. Ahí su dribble y visión de juego se imponen. En la selección de su país ha gozado de pocas oportundidades, tanto en el Mundial de Sudáfrica con Diego Maradona en el banquillo como con Sergio Batista en la pasada Copa América. A pesar de que ha demostrado entendimiento con el capitán, es poco probable que entré como habitual en el esquema de Alejandro Sabella, aunque sus actuaciones en el conjunto de la capital francesa pueden plantearle la disyuntiva al entrenador.

No es una estrella y su techo es indescifrable. Llegar al PSG fue una buena decisión. Es el emblema de un proyecto de mediano impacto de poca presión comparada con las de sus pasadas novias de mercado. Las capitales europeas tienen un club grande con un proyecto serio e influyente, París hace ya un tiempo que no lo posee. Leonardo, Makélélé, Kombouaré y sobretodo Pastore pueden ubicar, de nuevo, a la ciudad romántica en el mapa futbolero del viejo continente o al menos en la misma Francia.

martes, 27 de septiembre de 2011

Buscando el Bronce Europeo

Dista mucho de la complejidad de Van Gaal y aquel equipo que hace dos años disputaba la final de la UEFA Champions League. Hoy, el Bayern München es un equipo que es más coherente con la metamorfósis que ha sufrido el fútbol alemán desde que Klinsmann y Löw tomaran las riendas de Die Mannschaft, es decir, posesión y creatividad, conceptos que pueden ser suficientes para que el equipo de Münich sea el outsider a seguir en esta Copa de Europa. 

Ante el Manchester City del especial Roberto Mancini, vimos a un Bayern que mostró señas de porque es el líder de la Bundesliga. Como decia antes, el equipo de Jupp Heynckes es un colectivo coetáneo con el estilo imperante alemán: generar ventajas desde la posesión del balón sin perder su verticalidad característica. Los de Münich respetaban las fases de juego e iban a distintas velocidades. En su campo, mueven el balón con mucha pasimonia, cuando pisaban la mitad del campo rival sabían cuando acelerar y cuando dar un pase atrás que llena de confianza a sus jugadores. Igualmente, su ataque posicional era muy dinámico. El balón recorría todo el ancho del campo, dando un aire de superioridad frente a su rival. Müller y Ribery, en su rol de mediaspuntas y su tendencia  a la zona de remate y de interiores respectivamente, dejaban el carril a  merced de los dos laterales de largo recorrido como Rafinha y Lahm  que terminaban filtrando balones a Mario Gómez y su inexplicable capacidad para encontrar -y capitalizar- balones sueltos en la boca del área.

Sin embargo, el balón no fue su argumento defensivo, al menos en la primera mitad. Dos líneas de cuatro con muy poco espacio entre ellas, la línea defensiva bastante adelantada buscando anticipar la recepción de los jugadores del City y la de volantes achicando, presionando por lapsos la salida del balón inglesa y cerrando líneas de pase. Esa defensa en bloque logró desactivar al Manchester y aislar a sus jugadores más importantes durante toda la primera parte. No obstante, en la segunda mitad, ayudado por Mancini y sus particulares sustituciones, los bávaros controlaron el partido en su totalidad, recostándose en la izquierda con Ribery y sus sprints además de mover el balón de un lado a otro sin el ánimo de marcar más goles a pesar de haber tenido más de una oportunidad.

Han transcurrido dos jornadas de la Liga de Campeones y siete de la Bundesliga, en el global de ambas competiciones han sido el conjunto más sólido, muchos goles a favor y solo 1 encajado pero con la sensación de que este equipo (junto al Manchester United) anime la competición, y porque no, logren cuestionar el poderío de los dos colosos europeos.  

martes, 20 de septiembre de 2011

Imparable, Inexperto e Insoportable

Tres equipos -con base a su performance de las primeras jornadas- ya postularon su nombre para recibir el trofeo de campeón de la vigésima edición de la English Premier League: Manchester United, Chelsea y Manchester City. Tres historias, tres estilos, tres jugadores, un solo objetivo. He aquí, abriendo la segunda temporada de este blog, algunas impresiones y comentarios de dichos clubes, pasadas cinco jornadas del campeonato inglés:

La ciudad de Manchester es roja.

Wembley fue la última parada para muchos. Era el Manchester más práctico y menos vistoso de los últimos años. Todo se reducía a Old Trafford. Ahí donde el United es casi-invencible. Van der Sar, Ferdinand, Scholes y Giggs, querían 'despedirse' por la puerta grande y dejarle el lugar a los De Gea, Smalling, Jones, Cleverly, Young y Wellbeck. Sucedido lo que tenía que suceder en Londres, Ferguson empezó a reacomodar el equipo para la presente temporada, en donde será el rival a vencer dada su habitual competitividad y óptima propuesta futbolística. Igualmente, Fergie conoce el 'ADN Old Trafford', sabe que jugador está hecho para el club y cual no, lo cual le facilita el trabajo. El punto de partida es su típico 4-2-4, la horizontalidad de Nani y la verticalidad de Young más el alargue que ofrece Chicharito. Todo esto con el fin de que la zona de interiores quede en condiciones para el jugador contextual del equipo: Wayne Rooney. Se mueve en 3/4 inicialmente, si el juego no fluye, retrocede hasta la base y empieza a organizar, el balón abre a banda, tira un desmarque de apoyo si es necesario y cuando menos piensas está en zona de remate. Un partido del Manchester te ofrece más de un Rooney para disfrutar. Wayne no quiere ser más el tercero en discordia de la élite, el equipo está con él, ésta es su temporada. La omnipresencia futbolística del '10' será el mayor aliciente para ver a un United imparable. 


Villas-Boas lo tiene todo

Aires de renovación soplaban por Stamford Bridge. La serie de futbolistas que hicieron grande al Chelsea que por cosas del destino, no posee en sus vitrinas una Copa de Europa, ha tocado su techo. No obstante, en el intento de tapar el hueco que dejó José Mourinho, los blues ficharon al flamante André Villas-Boas como su sucesor. El ex-asistente de Mou, viene con el rótulo de ser un 'baby Mourinho' cuando sus únicas similitudes se encuentran en su nacionalidad y carácter ganador. El Chelsea de Villas-Boas está proyectado para ser un equipo donde la elaboración de la jugada sea el factor fundamental que genere una progresión sistemática de futbolistas al campo rival con el fin de generar superioridad numérica y futbolística. Todo esto en concordancia con su fichaje estrella: Juan Mata. El español inicia desde la banda pero su tendencia a la frontal es notoria. Es '10'. El desdoblamiento de los laterales permite su libre movilidad aunque mal complementada por las carencias de Ramires y Lampard. La sinergia que puede conformar con Torres y la forma en que el equipo automatice el resultado de la misma, así como la consolidación de los Romeu, Sturridge y David Luiz, serán clave. El crecimiento de este Chelsea, aun inexperto, es el tópico a seguir esta temporada. 

Un equipo de primera, para un entrenador de segunda

Todos tuvimos la suerte (o la desdicha) de ver lo que era capaz el City de la mano de Roberto Mancini. Dados sus mediocres planteamientos e inexplicables decisiones, los ciudadanos solo pudieron conformarse con la F.A Cup. Ahora, son más mediáticos y son candidatos -en mayor o menor medida- a todo las competiciones que juegan. El italiano alínea un 4-2-3-1 algo frágil atrás, dado el poco talento en sus defensores como para mantener una fase defensiva en condiciones plenas, sin embargo, es un arma de destrucción masiva adelante, a pesar de no ser muy 'especial' lo que pretenden arriba. Silva es el alfa, el chino es mediocentro, volante y mediapunta a la vez; Touré, es despliegue, el batir líneas y la llegada, empero, el salto de calidad se llama Sergio AgüeroLos que no vimos a Romário en su esplendor, podemos disfrutar del Kun. El Kun, al filo de la línea del fuera de lugar y el último defensor, es determinante. Su dribble es contundente, al igual que sus diagonales y desmarques. En ésta temporada, no hay más excusas. La plantilla por calidad es más que capaz. Sin embargo, todo depende de un insoportable Roberto Mancini.


domingo, 21 de agosto de 2011

El más regular

Mientras que la selección local encumbraba a James Rodríguez como su catapulta al título, en una muestra de la habitual soberbia brasileña -esa carismática y en parte justificada- Ney Franco afirmó que no necesitaban Neymar y Lucas para disputar la Copa del Mundo U20 que se realizaría en Colombia. En su lugar llegaban con perfil bajo Dudu y Philippe Coutinho (además de Allan y Negueba, en detrimento de Zé Eduardo y Diego Mauricio). La ausencia de las dos nuevas joyas de la canarinha le limitaron en lo futbolístico pero le dotó a Brasil de una atmósfera de discreción mediática que le permitió ir avanzando de ronda con una calma y pasmosidad poco habituales cuando el Scratch juega un campeonato continental. Claro, siempre llevan alguna perla a los campeonatos juveniles, tales como lo fueron en las últimas ediciones: Dani Alves, Sobis, Pato y Ganso. Sin embargo, esta vez Brasil era un equipo austero pero con la envolvente mística futbolera del país.

Ney Franco durante el Sudamericano U20 alineó el típico cuadrado mágico brasileño, esquema que repitió al inicio del torneo. Esta disposición le generó un embotellamiento a Brasil en zona de interiores que le facilitó la defensa al rival y los contra-ataques dada la mala gestión del carril derecho por parte de Danilo, la incapacidad de Fernando al sostener en soledad el centro del campo y el flojo repliegue de la verdeamarela. Con base en esto, Franco montó un 4-3-1-2 que era un poco más solvente en defensa aunque eso sí, más 'inofensivo' en ataque a pesar de soltar con frecuencia ambos laterales. Coutinho, el jugador llamado a comandar el equipo, se fue diluyendo a medida que avanzaban los partidos, mientras Oscar se consolidaba, dirigiendo al equipo desde la base, con y sin balón. Dicha diferencia paso  desapercibida, ya que Brasil atacaba mal, lo que siempre y sin excepción conlleva a defender mal. El exceso de verticalidad y la mala administración de espacios eran las causas, de ahí su inocuidad. Ante esto, el entrenador rearmaba todo el equipo: Danilo pasaba a la medular junto con Fernando desplazando a Casemiro a la zaga central que movía Juan Jesús  al lateral izquierdo mientras Allan ingresaba por Gabriel Silva para ocupar el lugar de Danilo, que le daba mayor consistencia al medio. Coutinho y Willian dejaban su lugar para darle paso a Dudu y Negueba que se pegaban a la cal para abrir el campo y los pasillos interiores que aprovecharian los carrileros y Oscar, dejando a Henrique como '9'. Esto les daba una pérdida de balón mucho mejor, lo que disimulaba sus carencias defensivas que fueron expuestas por Nelson Oliveira durante la Final, intenciones insuficientes ante el arsenal ofensivo que había puesto Brasil arriba y la genialidad de Oscar.

Nunca se le puede ignorar por más sencillo que sea su equipo; puede que no sean los más estéticos pero fueron los más regulares de todo el torneo y como conjunto saben competir además de saber sobreponerse a la adversidad, algo que el fútbol de dicho país agradecería en demasía dado el manojo de nervios que se han convertido sus selecciones ante la tormenta. Suman 13 títulos en Copas Mundiales, son el gigante de esto. Brasil es Brasil...Brasil es fútbol. 


*Derechos de autor de la imágen 

jueves, 18 de agosto de 2011

Ni el humano más fuerte

Según la mitología griega, los Dioses no intervienen en el reino de los mortales, estos aparecen solo cuando algo está fuera de lugar. Son demiurgos omnipresentes o “relojeros” como dirían los deístas. El Caos crea la naturaleza, los Dioses la estimulan; ellos mantienen el orden reinante, solo intervienen cuando lo consideran o los aclaman. Allí despliegan su divinidad. Si no hay necesidad de su intervención, siguen en el Olimpo, disfrutando del néctar y a la ambrosía mientras observan a los mansos terrestres que tratan en lo posible de no enfurecer a las deidades.  Nada se teme más que la ira de un Dios. Aquel desencadenamiento es el que le temen todos, nadie sin excepción escapa de esa ansiedad, por eso pocos se atreven a desafiar su divinidad.

Aquellos que osan luchar contra los poderes supremos, se atienen a las consecuencias. Y el Madrid corrió el riesgo. En su casa adelantó todas sus líneas ejerciendo un pressing medianamente intensivo sobre los jugadores y cubriendo muy bien las líneas de pase.  En adición, la ausencia de Xavi Hernández hizo que el Barça perdiera el balón con mucha facilidad. Igualmente, el mal estado físico consecuencia de la falta de ritmo del Barcelona-evidenciado en jugadores como Keita, Mascherano y Abidal-y el desentendimiento del dorsal ‘10’, le daba el escenario perfecto para que los merengues se llevaran una victoria. No fue así. Al Madrid le faltó lo que le había llevado a marcar más de 100 goles la temporada pasada: pegada. En el Bernabéu se perdió la Supercopa.

La historia no fue del todo diferente días después, ya con Xavi en el campo e Iniesta activado, el Barcelona le agregó calidad a su posesión. No obstante, el adelantado bloque del Real Madrid generó cierta laguna en el carril central que fue aprovechada por las olvidadas transiciones azulgranas que debido al rutinario tiki-taka se ignora la peligrosidad de las mismas. Igual, esto es irrelevante, debido a que lo importante estaba del otro lado. Envuelto en blanco y oro, estaba el mortal más fuerte de la actualidad y de los tantos de la historia. El ‘7’ del Real Madrid. Aquél llamado a desafiar el orden imperante. Estaba en juego el primer eslabón a la gloria, y más aún, en campo rival donde sabe mejor. Sin embargo, en Barcelona está ubicado el Olimpo del Dios blaugrana. Hablar del Camp Nou es hablar de Messi. Es la relación futbolista-estadio. Pelé y el Vila Belmiro, Maradona y el San Paolo, Henry y Highbury, Raúl y el Bernabéu, Garrincha y el Maracana, en fin: son sus casas. Conocen cada rincón. Se desenvuelven de forma diferente. Son más peligrosos. Sin embargo, El portugués y su orgullo olvidaron esto y golpeó primero. En Barcelona las cosas no son así, el caos y el posible pandemónium irritaba a su gente. Dado esto, se desató la furia divina y en un momento arregló todo. El maniobrar de los Dioses no siempre es benévolo pero su autoridad es incuestionable. A medida que el diez culé avanzaba el siete merengue se iba desparramando cual soldado perdiendo una guerra terminando de rodillas con gesto impotente diciendo: No puedo. Todo terminó ahí. No hay más análisis, por más de que se intentara, siempre sería en vano. 

Una batalla más, otra derrota más. Nunca podrá vencerlo en su casa. Es imposible. Ahí es un Dios… y ni el humano más fuerte puede con los dioses.

martes, 26 de julio de 2011

Despertó el León



El león estaba dormido. Hace 15 años que el félido de oriente no se hacía sentir con propiedad en su habitat, estaba expectante viendo como el gigante del continente se les acercaba en la corona por América y obtenía su pentacampeonato mundial. No era por capricho, simplemente esperaba su oportunidad.  Desde 1999 es un invitado habitual entre los cuatro mejores del sur, hoy por fin es el mejor. El pasado 24 de Julio, Uruguay se alzó la 43ava edición de la Copa América venciendo 3-0 a Paraguay en el Estadio Monumental de Buenos Aires. Sin embargo, este es solo el punto álgido del proceso llevado por Oscar Tabárez. Después del fracaso de Fossati por clasificar a Alemania 2006, el ex maestro escolar, asumiría el mando de la selección nacional de fútbol del país más pequeño de América. Llegó Sudáfrica y la relación de los charrúas con los mundiales era preocupante: desde 1970 no ganaban un partido en una Copa del Mundo, en el ’90 lo harían de nuevo con Tabárez al mando, aunque solamente llegaron a 8vos de final, 20 años después repetían la gesta de México ’70 con el Maestro de entrenador. El tiempo pone las cosas en su lugar. Fueron el mejor fuera del continente, era hora de serlo en casa.

Argentina y Brasil llegaban favoritos como siempre, Chile tenía una oportunidad de oro, Paraguay y Colombia eran los outsiders más interesantes. Nadie se acordaba de la Celeste, era el escenario perfecto. Tabárez empezó titubeando (como siempre). En el debut ante Perú, utilizó un 4-3-3 con Pérez y Lodeiro de interiores,  Forlán de enlace, Cavani tirado a la derecha y Suárez partiendo de la izquierda hacia el medio.  Se mostró el equipo bastante espeso en ataque y un poco endeble en defensa. Dado esto, el Maestro decidió hacer más natural y sólido emocionalmente al equipo. Álvaro Pereira por Lodeiro, Coates por Victorino y Álvaro González por Cavani. Con el Palito en la izquierda, el cierre defensivo ahora era con cinco hombres desplazando a Cáceres como tercer central, igualmente, el equipo ahora tenía una salida y profundidad natural en la banda izquierda. Gracias a que González estaba en la otra banda, Maxi Pereira pudo aprovechar su banda así como se poblaba la medular.  Por último, Coates en la zaga, fue un cambio no programado pero importantísimo que haría a la Celeste más fuerte.

En torneos tan cortos, es vital sacar ventaja de tus virtudes de alguna forma u otra (dentro del reglamento claro está), y la Celeste lo entendió. El poderío físico charrúa venía con un plus incluido que condicionaba y era el juego aéreo. Desde ahí partía su superioridad. Impenetrables y temibles a la vez por arriba, gracias al magnífico golpeo de Forlán a balón parado y la capacidad de sus jugadores para ganar los balones por aire. Frente a Argentina, cada balón parado era un suplicio para la defensa albiceleste, incluso por esa vía logro el primer gol del encuentro. De ahí la importancia de los 196 cm de la pareja de zaga de Lugano. Coates era un gran foco de atención-igual, si el balón llegaba a su órbita, era muy difícil ganarle-que le permitía a Lugano rematar usualmente en el primer palo o en el tumulto de jugadores, y viceversa, jugada bastante repetida y efectiva.

Finalmente, dada la adecuación del equipo por parte de Tabárez y la superioridad que obtenían en el juego aéreo, solo nos queda Diego Forlán. En una tierra donde la nulidad técnica no es primordial como si lo es la entrega, Cachabacha es una bocanada de aire fresco. Esta no fue su Uruguay, como lo fue en Sudáfrica, esta es más del Maestro, más sencilla y menos vistosa, pero Forlán sigue siendo el mismo. En la pasada Copa América, fue el director de orquesta. Manejaba las transiciones a su antojo, orientaba a su equipo tanto emocional como futbolísticamente, la estrategia reposaba en él y le cedió el protagonismo del gol a Suárez. El epíteto del segundo delantero. Uruguay durante la fase final nacía en Forlán y moría en Suárez. En la final fue al revés y gracias a eso vimos al mejor Uruguay. El jugador con más apariciones internacionales y goleador histórico de la Celeste. Es inevitable que supere a Scarone por el puesto único, por eso y mucho más, Diego es historia viva de la Celeste.

Un equipo sencillo pero competitivo, atrayente pero poco bello; guiado por un entrenador fiel a la corriente de los ajustes tácticos básicos y necesarios, la naturalidad del juego así como el liderazgo emocional de sus jugadores y privilegiado de tener jugadores emotivos y solidarios, abre un nuevo debate: el de lo simple. Si la simplicidad no va acompañada del factor estético, suele ser confundida con la mediocridad, pero en lo simple también hay algo tan bello como cualquier otra cosa denominado 'grandeza' y Uruguay destila grandeza.


*Derechos de autor de la imágen

viernes, 15 de julio de 2011

Sed de Victoria

¿Cómo define América Latina?

Es una tierra de encuentros de muchas diversidades: de cultura, religiones, tradiciones, y también de miedos e impotencia. Somos diversos en la esperanza y en la desesperación.
El gran Eduardo Galeano, el latinoamericanista y escritor más consciente que tiene estas tierras, soltó esa definición total de lo que es América Latina. Hoy el mundo vuelca su mirada sobre una región de ella: el Sur; región inexistente para cualquier otra cosa menos para el fútbol, donde es referente. Quizá la evolución del juego haya hecho a los sudamericanos víctimas de la misma, ya que pocos tratan de conservar los valores del espectáculo previamente expuestos en sacrificio de un nivel futbolístico y competitivo mayor. Así ha sido la Copa América que se disputa al sur del continente. La antesala estuvo plagada de sorpresas, ahora empiezan los cuartos de final, donde las distancias serán mucho más cortas de lo que fueron en los grupos. Mientras llega el knockout, se logra destacar ciertas claves futboleras, en cuanto a contexto, equipo y jugadores, que marcaron la primera fase.

Las Dos Américas del Sur
Históricamente, el fútbol en esta región, siempre ha sido propiedad del cono sur. Argentina, Brasil y Uruguay son los grandes del continente, tanto a nivel de clubes como de selecciones. Entre los 3 suman 9 Copas del Mundo, 45 Copas Libertadores, 21 Intercontinentales, 6 Sudamericanas y 3 Mundiales de Clubes. En la Libertadores, solo Olimpia de Paraguay (corazón de la región) pudo romper la hegemonía del sur y en los Mundiales, el Perú de Cubillas fue el que dio la cara de la otra moneda de estas tierras. El fútbol de la parte baja de la región, ha sido muy diverso: el romanticismo argentino, el jogo bonito brasileño y la garra uruguaya; pero los países del norte se desprendían de la misma raíz futbolística. Colombia y Perú siempre intentaron darle alegría al asunto. El toque y el conjunto fueron las premisas que le dieron años de buen juego a dichos países y de los cuales nacieron Ecuador y Venezuela. Sin embargo, en los últimos años, todos incursionaron en nuevos aires futbolísticos. La verticalidad y el físico propendieron en los vecinos, Perú busca soluciones a partir de la táctica y Colombia articula todo ello en un solo conjunto. Hay que competir para sobrevivir, y eso lo tiene claro el cono norte.

Dos líneas de cuatro para desafiar a la élite
Dado lo anterior, para poder desafiar a la dictadura del cono sur, el 4-4-2 en línea ha sido el sistema de la presente Copa América. Bolivia, Paraguay y Venezuela,  han tenido este esquema como base a lo largo de la fase de grupos. Igualmente, Chile, Colombia, Ecuador y Perú en pasajes o en alguno de sus partidos lo utilizaron. Paraguay y Venezuela han sido las selecciones que mejor provecho han sacado de esta disposición. El sistema en cuestión permite ocupar el terreno a lo ancho del campo, permite el juego en parejas ya que hay dos jugadores por cada posición y las ayudas están mejor repartidas.

El conjunto del Tata Martino está basado en el despliegue físico. Uno de los inconvenientes del 4-4-2 es que si no hay coberturas y permutas defensivas/ofensivas eficaces, el equipo estará desequilibrado, sobretodo, porque Paraguay es un equipo de pressing agresivo para recuperar el balón y que le cuesta correr hacia atrás. Los guaraníes son un equipo corto y bastante compacto, que permite recorridos relativamente cortos. No hay grandes distancias entre líneas, las cuales están sincronizadas y se mueven en bloque tanto en la fase defensiva como ofensiva. Martino usa dos centrocampistas, donde Riveros es la referencia de la línea defensiva a la hora de presionar y Ortigoza es el vértice ofensivo donde la posesión se mantiene en campo contrario. En las bandas están dos jugadores con manejo del fuera-dentro y el fuera-fuera con el respectivo automatismo del lateral.  Aquí sobresale Marcelo Estigarribia, jugador con regate, velocidad y llegada que le da el plus a la albirroja que hasta el momento no le ha podido dar Lucas Barrios.  El uso de dos delanteros centrales, vacía el pedazo de campo, que este servidor conoce como “la zona del 10”. Santa Cruz y Barrios se escalonan la posición constantemente, tratando de activar dicha zona, aunque dada la poca creatividad de ambos, dicha zona no es muy bien aprovechada y por momentos queda muerta.

Venezuela es un equipo más ortodoxo. Los de Farías no realizan movimientos posicionales vertiginosos como los guaraníes y varían más el juego interior con el de bandas. La punta de lanza es Oswaldo Vizcarrondo, el mejor central de la copa. Posee una muy buena salida de balón y respetable timming a la hora de presionar y cubrir lo que le permite influir de manera correcta en la zona de interiores así como a lo ancho de los ¾ de terreno de la mitad de su equipo. La Vinotinto también busca ahogar al rival con la presión que realizan Franklin Lucena y Tomás Rincón. Este último, un centrocampista bastante hiperactivo pero de buena capacidad técnica, desde allí maneja el mediocampo con la ayuda de César “El Maestrico” González, el volante externo derecho que cierra su posición a la de interior, dotando de más calidad la posesión y dejando el carril a Rosales.  Igualmente, en el otro costado Juan Arango suele abrir más el campo que González, aunque no tiene problemas en cerrar su posición y transformar al equipo en un 4-2-2-2 cuando se requiera. A diferencia de Paraguay, los vecinos logran activar la parcela central de la zona de aceleración con la incursión de los dos volantes externos cuando se adentran, además de desprender a uno de sus atacantes-Fedor o Maldonado-a banda mientras el otro está entre los centrales, tareas que realiza mucho mejor Salomón Rondón, futbolista con rol de jugador #12 en esta selección.

La soledad del ‘9’
Por último, destacar la posición del killer que algunos equipos adoptaron en la lucha por el mediocampo. Felipe Caicedo, Radamel Falcao, Paolo Guerrero, Marcelo Moreno Martins y Alexandre Pato han sido los jugadores que han marcado esta Copa América en cuanto al delantero centro se refiere. Caicedo y Martins fueron los únicos argumentos que tuvieron las decepcionantes Ecuador y Bolivia. El primero, impuso su fuerza física para poder habilitar una segunda jugada que nunca llegó por parte de La Tri, en cambio, el segundo, tuvo una tarea más de oxígeno aprovechando su juego de espaldas y referencia en juego aéreo  que tampoco dio frutos. Paolo Guerrero y Alexandre Pato, estuvieron más móviles en este sentido, cayendo a banda con frecuencia y realizando diagonales cortas  han sido de lo mejor en esta copa. Finalmente, el premio se lo lleva Radamel Falcao. El colombiano ha sido el mejor jugador de Los Cafeteros durante estos tres partidos. Es toda una enciclopedia de cómo jugar de 9. Su lectura de espacios y juego aéreo lo posicionan fácilmente entre los 3 mejores delanteros del mundo.

El 16 vuelve la Copa, los cruces están definidos. De los 8 equipos, hay 6 potenciales campeones. La competitividad estará al máximo. A medida que avanzan las rondas, las distancias son más cortas y el Vespucio Liberti espera a los mejores. Esto es América.


*Derechos de autor de la imagen

lunes, 20 de junio de 2011

El mito del 10


Es parte del folclore futbolístico, realizar comparaciones entre lo que fue y lo que puede ser. En Argentina, el primer pibe que drible a más de 1 contrario cargara con el rótulo del nuevo Maradona; en Brasil, el primer menino que tire unos cuantos regates y tenga como mejor amigo el gol, se le catalogará como el nuevo Pelé; y así es en la gran mayoría de países futboleros. Colombia, con el recuerdo en el tintero de la época dorada, sigue buscando su redentor que con un 10 en la espalda calme las ansias y apacigüe los sollozos. Sin embargo, no todos confían en que ese capitán pueda llegar y enderezar el barco. 

Nuestro ilustre y retórico entrenador nacional despertó reacciones diversas a lo largo de los 46 millones de habitantes de este país con la reciente convocatoria para la Copa América en Argentina. Entre los 23 citados, brilla por su ausencia un “10” definido. Su principal discurso ha sido la obsolescencia del dorsal mágico, argumentando que “todo el que sabe jugar fútbol puede jugar de diez”, “los laterales pueden jugar de diez sin serlo” o “hay delanteros que meten buenos pases”. La retahíla ha sido constante y tediosa, tanto los mismos jugadores han servido de evangelizadores. Por otro lado, las “brillantes” mentes del periodismo en su afable y transparente tarea de transmitir conocimiento aprovechando la infinita confianza que el ciudadano promedio tiene en él, ha contagiado al mismo, haciéndole eliminar de su mente la posición en cuestión. Los ecos se escuchan: “Jugar con enganche es jugar con 10” o “El media punta no corre”, solo por decir unas cuantas máximas, o más bien, unas cuantas falacias.  

El principal sofisma en el cual incurren los detractores del aroma que destila en cada paso el inoxidable jugador número  10, es que este no se esfuerza físicamente y puede ser un lastre para el equipo. En la mente de muchos esta un hombre parado cerca del delantero, sin hacer absolutamente nada más que dar el último pase. El fútbol ha sufrido transformaciones, ha evolucionado, no se juega igual que antes. Cada decenio futbolístico es diferente. Los jugadores especialistas ya no existen. El jugador que solo está para pegar, o que solo está para pasar, o solo está para meter goles, son los que están vetustos. En el fútbol actual todo el equipo está atacando y defendiendo. Todos son uno. Es una estructura orgánica y sobretodo pensante que se mueve por contextos y situaciones. Los 11 hombres que logran asimilar y leer lo anterior, son los que juegan. Es así. No obstante, el esfuerzo físico es primordial. La competitividad ha devorado el mundo contemporáneo, y gracias a ello, el ritmo al que se mueve es mayor. Hoy en día, es vital pensar y actuar con mayor rapidez cual sea el ámbito en que se desempeñe. Y el fútbol no es la excepción. Por eso, un futbolista que no corra es inadmisible. Solo un jugador en todo el planeta está-en parte-exento de ello, y con justa razón. Volviendo al trequartista, es digno de un completo iletrado imaginarse a un jugador ser parte de un equipo comportándose como un vegetal en el campo de juego. Hoy los de arriba son los que primero defienden y los de abajo los que primero atacan. El enganche debe administrar su zona tanto en la fase defensiva como ofensiva. ¿Cómo lo hace? En la primera fase, debe aplicar vigilancias al jugador que penetre su isla, y si este de mucha influencia en el juego rival, trabar su juego. Adelantar la línea en un eventual contexto de pressing. Retrasar su posición para favorecer la transición. En la segunda fase, como tarea principal es ser diferencial. Generar líneas de pase con frecuencia. Dotar de profundidad al equipo con o sin balón.  Ofrecer una pérdida de calidad. Influir a lo ancho del campo cayendo a banda y solucionando un eventual problema. Rentabilizar la posesión en un contexto de dominio. Como ven, son varios los conceptos que el enganche debe dominar, no solo el de ser asistidor como el común piensa. 

No es imprescindible la presencia del 10, pero sí los registros que maneja y las ventajas que genera. Existen muchos equipos que juegan sin un trequartistadefinido, ya sea por concepción futbolística del entrenador o la inexistencia del jugador dentro del equipo. Dichos equipos cuentan con futbolistas que manejan los conceptos previamente dichos y logran legitimar la aclamada ausencia. Es más, consiguen liberar cargas y eliminar especialistas, lo que suma para cualquier conjunto. Sin embargo, donde existen jugadores limitados o colectivos con carencias marcadas, un jugador que acaricie la pelota un buen rato, nunca está de más.


sábado, 21 de mayo de 2011

Fútbol: reflejo de un mundo intolerante

Hoy quiero cambiar la temática del blog, y empezar con una máxima del egregio escritor uruguayo Eduardo Galeano. Escuchar a Galeano es ver cómo te desnudan el alma y hurgan en la llaga de tu sensibilidad. Es una experiencia que despierta conciencias y que te envuelve en un proceso de cavilación al que no puede escapar de ningún ser humano. Y así una vez más me lo demostró cuando en una conferencia en Mendoza le preguntaron acerca de América Latina, a lo que el literato lanzó lo siguiente: “(…) La diversidad no es un defecto. Lo mejor del mundo es la cantidad de mundos que el mundo contiene (…)”  Con la inolvidable-para bien o para mal-serie de clásicos del fútbol español, se estableció con raíces más fuertes, el eterno y tedioso debate de cómo se debe jugar al fútbol. Los medios de comunicación, creadores del conocimiento colectivo moderno, nos enfocan hacia dos estilos. El estilo del FC Barcelona basado en el apaciguamiento del balón y el embellecimiento de la jugada, en contraste, con el del Real Madrid CF apegado a su vertiginosa y potente transición ofensiva.  Dos formas de jugar diferentes pero que pueden ser igual de efectivas y espectaculares si son aplicadas de la manera adecuada. En aquel play-off cada uno recibió lo que merecía, pero, el espectador que ama el juego más allá de los colores, sintió un leve desasosiego. Una equilibrada intranquilidad mezclada con una inquietante frustración. El desprecio hacia determinado estilo expulsado por la comunidad futbolística fue el detonante. Por si fuera poco, esta confrontación se extrapoló a otros rincones del planeta, El “Checho” Batista, entrenador de la selección argentina, quiere que su equipo juegue como el Barcelona, el “Mano” Menezes, al frente de la canarinha busca evitar la catástrofe del ’50 a punta de equilibrio, Xavi dice que pierde o gana el fútbol cuando ellos obtienen similar resultado y así se van dejando esas semillas en la mente de las personas alrededor del globo. No es difícil ver encontrar la cara de asco por parte de algunos futboleros cuando ven un pelotazo al 9 o síntomas de querer caer en los brazos de Morfeo cuando algunos presencian más de 20 toques. Lo triste de todo esto es que muchos se pierden de la belleza de lo que sucede el campo. Estando más ocupados en decidir en una confrontación sin sentido acerca de que manera de jugar es mejor, se pierden de los pequeños detalles que ofrece cada estilo, del trabajo que hay detrás de él y la hermosa lucha de querer imponerlo en el campo.

A todo esto se me vienen símiles con el mundo moderno. El viejo refrán de Confucio entra en aparición: “cuando el dedo señala la luna, el necio se pone a mirar el dedo”. Lo verdaderamente significativo se pierde Muchos por estar encerrados en un solo aspecto no disfrutamos de lo verdaderamente significativo. Es como tener a una mujer, no apreciarla y enfocarse en sus defectos, ninguneando su palpitante resplandor. Igualmente, por estar concentrado en si un equipo tocó y tocó hasta más no poder nos perdemos del ir y venir de los desmarques, el movimiento constante del mediocentro sirviendo de apoyo, el sprint del extremo en el momento preciso. Buscamos la belleza en el dedo y no en la luna. ¿Por qué no podemos ver el fútbol desde todos los colores en el que se nos muestra? Mi tesis es que vivimos en la dictadura de la belleza. El más bello y pasmoso es idolatrado, el feo y diferente es sometido. Siguiendo la estupidización que nos inocula la televisión y los estándares del pensamiento colectivo, apoyados en su panda de títeres carnavalescos generadores de intensa grima, las gentes del mundo optan por la identidad de turno con miedo a ser diferentes pero sobretodo con miedo al rechazo.  Nos dicen que el fútbol irrefutablemente debe jugarse de tal manera y para no sentir las amargas mieles del aislamiento, se acepta y se predica dogmáticamente. Es sano preferir algo por sobre otro, pero deja de serlo cuando se cierra mentalmente a las diversas opciones, satanizándolas y despreciándolas. Es igual de bello ver como un equipo con el balón en banda, le baste 2-3 toques para llegar al área rival. Es igual de bello ver como un equipo (independiente de su historia o dimensión) acepta su inferioridad, junta líneas, cierra opciones de pase y sale rápidamente al contraataque. Es igual de bello ver como jugando con la vista del espectador, unos cuantos jugadores parecen jugar al fútbol sala con sus paredes o toques rápidos cerca del área. Es igual de bello el fútbol sin importar como se juegue.

No veamos a la pluralidad como una maldición, como un mal a erradicar. Dicen que para gustos los colores…y el fútbol. Y bien, se abrió con Galeano y se cierra con él: “En Babilonia, la ciudad maldita, que según la Biblia fue puta y madre de putas, se estaba alzando aquella torre que era un pecado de arrogancia humana. El rayo de ira no demoró. Dios condenó a los constructores a hablar lenguas diferentes, para que nunca más pudiera nadie entenderse con nadie, y la torre quedó para siempre a medio hacer. Según los antiguos hebreos, la diversidad de lenguas humanas fue un castigo divino…pero quizá, queriendo castigarnos, Dios nos hizo el favor de salvarnos del aburrimiento de la lengua única”.

sábado, 7 de mayo de 2011

Como en los tiempos de antes

No estaba presupuestado, después de aquella seguidilla de clásicos españoles, el común futbolero no pensaría en la idílica Libertadores. Por si fuera poco, los resultados de la ida no daban lugar a aparentes sorpresas, pero, solo es recordar el nombre y la historia de esta competición para poner en tela de juicio dicha afirmación. Sin embargo, el primer partido de la jornada de vuelta, justificaba dicha máxima aunque por poco no lo hace. América de México recibía al Santos de Neymar y Ganso, un equipo que sobrevive a base de los destellos de este par, la experiencia adjunta a la polivalencia que aporta Elano y desde aquel partido a los reflejos de su portero Rafael. En Querétaro, Santos salió con ganas de marcar un gol fuera de contexto y matar la eliminatoria que lideraban con el 1-0 conseguido en Brasil. No lograron marcar un gol pero si sufrieron. Como mínimo América mereció el empate y llevar la serie a los penaltis, pero, quizás los Dioses del fútbol preveían el descalabro que estaba por venir. El partido termino 0-0 con Rafael como figura y el Santos como primer clasificado a cuartos de final. Las otras llaves al parecer no admitían desconciertos. Internacional de Porto Alegre había sacado un valioso empate 1-1 del mítico Estadio Centenario ante el histórico Peñarol que volvía a la competición donde es pentacampeón. Fluminense, un equipo in crescendo y con una plantilla envidiable, acostumbrado a las épicas parecía no necesitarlas debido al 3-1 que había logrado en Brasil ante Libertad. Cruzeiro, el mejor equipo de la primera fase, se llevó de Colombia un 1-2 a favor ante el Once Caldas. Por último, Universidad Católica, el tapado de esta Libertadores, salió con una peligrosa victoria ante Gremio en Brasil 1-2. El viento al parecer soplaba a favor de un solo lado.
 
En el gigante de América, Brasil, más en específico en Beira-Mar acontecía el primer acto, el campeón defensor Internacional de Porto Alegre, alineaba a Bollati y Guiñazu como puntos de equilibrio y estandartes de la base de la jugada con desmarques de apoyo en la segunda jugada; a Kléber para generar amplitud y superioridad en la banda izquierda así como D’ Alessandro en el rol de la administración de los tres carriles en los últimos ¾ de cancha. Con estas premisas, Oscar al minuto y 20 segundos ponía en ventaja al equipo brasileño más argentino.  Inefablemente el marcador al descanso era de 1-0 cuando podía haber tenido un 3 o 4 tranquilamente en favor del Colorado. En la segunda parte, si mi cronómetro no me falla, a los 20 segundos de iniciada la misma, Alejandro Martinuccio empataba el partido tras una jugada rápida de primeros toques. Cabe destacar, que ambos equipos encajaron goles al inicio de las respectivas etapas, lo que desnuda la falta de concentración con la que afrontaban ambos equipos el marcador. Cerca del minuto 50, al más estilo uruguayo, en un centro desde la banda izquierda Juan Manuel Olivera manda un cabezazo al ángulo y enmudecía un estadio entero, tal cual como Ghiggia lo hizo aquel 16 de Julio hace 61 años. Una vez más Uruguay destrozabala ilusión a Brasil.

En el segundo acto, Libertad recibía a Fluminense, Cruzeiro a Once Caldas y Universidad Católica a Gremio, todo en simultáneo. Concentrado en lo que acontecía en el  Arena do Jacaré, Once Caldas mandaba para la remontada a Wason Rentería como punta aprovechando su talento en el 1x1 y el poco talento defensivo de la zaga del Cruzeiro, Dayro Moreno como playmaker y Mirabaje-Carbonero, como volantes buscando el fuera-dentro. El equipo colombiano no dudó en ir a por el marcador, tanto así que a pesar de las innumerables ocasiones que dispuso su pésima efectividad le negó irse arriba en el marcador durante la primera etapa. En el segundo tiempo, Osorio cambiaba a uno de sus mediocentros por Pajoy, buscando romper la endeble banda derecha del Raposa. La entrada de Pajoy le imprimió más vértigo y velocidad al juego así como le generó ocasiones de gol que seguían sin aprovechar los colombianos. No fue hasta un córner donde el central Amaya conectó un cabezazo que encendía de nuevo la esperanza. 5 minutos después en una llegada de Pajoy que de forma absurda pierde dos goles en la misma jugada pero que Dayro Moreno de forma poética mandaba a guardar dejando así para sorpresa de los mismo hinchas del Once, al equipo en cuartos. Ya el Cruzeiro, sin un plan de juego definido y muy desorganizado trato de hacer en 15 minutos lo que no quiso hacer en 75. Tanta fue la impotencia, que su entrenador Cuca le propinó un codazo al jugador Rentería, y para continuar con la recreación de la vieja Libertadores, el kinesiólogo de los colombianos entró al campo y frenó un ataque del Cruzeiro, dando paso así a una trifulca digna de la libertadores de los 80. Al mismo tiempo, en el militante limítrofe suroccidental Boliviano, Libertad se imponía al Fluminense 1-0, que no le alcanzaba para la clasificación, pero luego un remate de media distancia de Salinas, daba el insólito 2-0 y para colmo un cabezazo sobre el final el equipo más equilibrado de la primera fase sepultaba al Flu con un 3-0 . Más al éste Sudamericano, en Chile, la Católica a falta de 5 minutos acababa con las ilusiones del Gremio, con un testarazo de Mirosevic en el juego aéreo impidiendo justamente que el más mediocre de los brasileños avanzará de ronda. ¡Que jornada para el fútbol brasileño! Lo curioso es que debido al crecimiento económico (y futbolístico) del país, es muy contradictorio este genocidio de equipos en octavos de final.

El último acto estaría precedido de un soporífero Cerro Porteño-Estudiantes. Viajando de nuevo al Corazón de América el equipo paraguayo mediante los penales despidió al Pincharratas en el peor partido de la fase de knockout, el cual considero suprainnecesario recordar o analizar. Retrocediendo al norte americano, los protagonistas a Junior y Jaguares así como Vélez y Liga Deportiva Universitaria de Quito. El equipo barranquillero recibía a los felinos en el Estadio Metropolitano con un 1-1 en el global. Pasados los minutos del primer tiempo se podía divisar la mansa transición ofensiva del equipo de Jaguares así como su respetable fase defensiva posicional. Los mexicanos presionaban en la zona de pérdida y se iban acumulando atrás poco a poco, aunque no desprendían muchos hombres en el ataque, solo Jackson Martínez y Edgar Andrade sobresalían. En defensa solían ganar los balones aéreos y con el transcurrir de los minutos se fueron asentando en defensa. Los colombianos eran un equipo muy largo, existía una distancia considerable entre los dos delanteros Bacca y Páez y el creador de juego Giovanny Hernández, no obstante, no aportaban desmarques de ruptura en donde Hernández es experto en romper líneas. La fase ofensiva del Junior estaba muerta. Igualmente Valencia y Viáfara, encargados de generar superioridad en el medio campo, así como de participar en la segunda jugada, tuvieron una noche discretísima. En defensa, el repliegue era un desastre, agolpando gente en lugares de poca trascendencia, en adición, salían a presionar en el momento inadecuado dejando espacios que aprovecharon en una que otra ocasión los mexicanos. Con 2 errores garrafales del portero de Chiapas (que insólitamente fue cambiado durante el partido y agredió a su DT por la decisión) más un penal un poco dudoso llegaron los 3 goles del Junior, en Jaguares, dos de los tres goles fueron errores defensivos de benjamines por parte del Tiburón. El marcador final fue 3-3 donde los mexicanos contra pronósticos enfrentarán a Cerro Porteño.

El telón se cerraba en la mitad del mundo, en Quito, con Vélez-Liga, retrasado por problemas de iluminación, donde Liga obligado a remontar el 3-0 sufrido en el José Amalfitani y movido por su misteriosa revitalización estilo ave Fénix cuando juega de local, no logró marcar durante la eliminatoria. Con 2 bajas importantísimas, como Neicer Reascos, el carrilero que le aporta una superioridad en banda magnífica, y sin Cristian Bolaños, su playmaker, y con Patricio Urrutia, que le da un plus en el mediocampo, con su media distancia y la automatizada búsqueda de los delanteros de Liga por el rebote, así como su manejo de la segunda jugada, en el banquillo, dependían del delantero argentino Hernán Barcos, que tuvo opciones para llevarse al menos 1 gol  pero que el destino negó. Entre tanto Vélez, equipo que posee la mejor fase ofensiva en general, de todo el campeonato, sufrió y aguantó el alud de ocasiones de los ecuatorianos con su más que aceptable defensa, pero que en 2 contragolpes abultó la eliminatoria a un 5-0 final. Con Ricky Alvarez y Augusto Fernández, aportando gambeta y desequilibrio en la zona de definición, así como la potencia de Santiago “el tanque” Silva, El fortín tiene serias opciones de aspirar al título.

Una noche histórica en la Libertadores, de los 5 equipos brasileños en el torneo, 4 se despidieron el mismo día, solo Santos sobrevive. La mística que envuelve al estadio de LDUQ sufrió un revés. Las remontadas estuvieron a la orden del día, la suerte también, como ocurrió con Cerro y Jaguares. Queda Libertadores. Los cuartos están a la vuelta de la esquina. Serás lo que debas ser…como en los tiempos de antes.

martes, 19 de abril de 2011

El periodismo deportivo y la objetividad

Todo estaba conspirado para que fuese un gran día. Real Madrid y Barcelona eran los autores intelectuales. En el mundo exterior estaba todo, la TV, los amigos, las apuestas, los pasabocas…el mundo abstracto también estaba completo, la incertidumbre, la tensión, el buen ambiente; en fin, era el clásico que paralizaba al mundo entero. Nada podría salir mal...hasta el momento que empezó el partido. A medida que pasaban las fracciones del partido, me enervaba cada vez más. Aquí no me refiero al partido en sí, que para este servidor fue una muestra futbolística exquisita distante de la percepción del mismo por parte de las masas, lo que me hacía sentir inhóspito por pasajes del juego, eran los relatores. Para los comentaristas argentinos que cubrieron el partido toda simple acción del Real Madrid era una aberración al fútbol, en cambio, toda jugada del Barcelona era una pincelada digna de Michelangelo, cada acción de Lionel Messi era válida y majestuosa, las acciones de Cristiano Ronaldo eran egoístas y chulescas. Es más, en aquella fea acción de Messi hacia el Bernabéu, el silencio de estos periodistas fue delatador para después justificar al argentino alegando un momento de “calentura”. Ahora yo me pregunto, ¿dónde está la imparcialidad y el objetivismo? Hoy en día tenemos que aceptar el fanatismo ya sea patrio o deportivo del periodista, algo inadmisible. Si te parece que cierto jugador tiene ciertas cualidades o defectos, perfecto, es tu opinión, pero decirlo en público es una agresión con el espectador. Durante un partido toca tragarnos la opinión del comentarista estemos de acuerdo o no. Es imposible no picarse por algún comentario de la vocecita que sale de la caja televisiva. Es imposible. Igualmente, en estos últimos días, todo este avasallamiento mediático con base en los 4 clásicos ha tenido al morbo como elemento primario. De fútbol se habla muy poco, generando un ambiente disociador. ¿A qué conlleva todo esto? A que el disfrute del juego se vea empañado. Se ha ido tan lejos en lo anterior, que el periodismo actualmente es una vorágine de incoherencias en búsqueda de audiencia usando la fuerza-mediática-para imponer ideas con el fin no de informar sino de obtener el máximo beneficio. Es que no me cabe en la cabeza otra idea. No me cabe en la cabeza una explicación de porqué el morbo frente al equipo de Josep Guardiola. No me malinterpreten, el fútbol de la sinfonía de Pep es una delicia, pero el andamio mediático tras de él me exaspera. No me cabe en la cabeza por qué un jugador hoy está en el olimpo cuando estuvo en el averno días antes. No me cabe en la cabeza porque tanta mentira, tanto morbo, tanta parafernalia. No me cabe en la cabeza el periodismo actual.  

Por otro lado, las personas en su gran mayoría confían en los medios. Ven en ellos una especie de seres superiores apóstoles de la verdad, entonces por alguna razón u otra, la gente repite como súbditos lo que dicen los periodistas para sentirse portadores de ese dulce enigma que implica la verdad. He aquí el problema, se empieza a aceptar la realidad subjetiva como realidad objetiva, pero lo que es peor es que empieza a cultivar la ignorancia. Los “analistas” creen saber más que la media futbolera, cuando es todo lo contrario, así, fácilmente se crea toda una cultura de la ignorancia. Entendiendo de forma sencilla cultura como una asimilación del entorno, muchas personas consideran al fútbol como un deporte sencillo, cuando es todo lo contrario. El fútbol es un deporte muy complejo. Me pareció increíble análisis tan básicos y nimios durante el clásico (y después también), como que el Real Madrid jugó como equipo pequeño de forma miedosa o que tenían pocos argumentos futbolísticos para enfrentar al Barcelona. También, comentarios como que la posesión de balón del Barcelona fue muestra de la superioridad que tuvo el equipo culé durante el partido o aquel que me pareció increíble fue que se veía con asombro porque el Real Madrid no presionaba a Piqué cuando este prácticamente cruzaba la mitad de la cancha con el balón, siendo esta muestra del miedo del equipo merengue ante los catalanes. No se va más allá. Se queda todo en que el Madrid es un equipo que sale a contragolpear, punto. Que el Barça solo toca y toca el balón, y ya. No se habla de la posición de Pepe, no se habla de lo mal que atacó el Barcelona, nada. Entonces, el aficionado sale con la idea de que un equipo es simple y llanamente mediocre y el otro soberbio, se distorsiona la realidad. Se entra en una especie de caverna platónica, donde las sombras son aceptadas como la realidad, siendo nosotros condenados a concebir por real cada una de las sombras proyectadas ya que el conocimiento de lo que acontece a nuestras espaldas es incierto. Sin embargo,  aquellos que no nos quedamos con lo básico, nos sumergimos en una búsqueda de conocimiento, encontrando en los lugares más recónditos, análisis de calidad que escudriñan en los detalles, que hacen del fútbol un deporte complejo pero bello gracias a lo mismo. Es tiempo de apagar la televisión y encender la mente.