sábado, 21 de mayo de 2011

Fútbol: reflejo de un mundo intolerante

Hoy quiero cambiar la temática del blog, y empezar con una máxima del egregio escritor uruguayo Eduardo Galeano. Escuchar a Galeano es ver cómo te desnudan el alma y hurgan en la llaga de tu sensibilidad. Es una experiencia que despierta conciencias y que te envuelve en un proceso de cavilación al que no puede escapar de ningún ser humano. Y así una vez más me lo demostró cuando en una conferencia en Mendoza le preguntaron acerca de América Latina, a lo que el literato lanzó lo siguiente: “(…) La diversidad no es un defecto. Lo mejor del mundo es la cantidad de mundos que el mundo contiene (…)”  Con la inolvidable-para bien o para mal-serie de clásicos del fútbol español, se estableció con raíces más fuertes, el eterno y tedioso debate de cómo se debe jugar al fútbol. Los medios de comunicación, creadores del conocimiento colectivo moderno, nos enfocan hacia dos estilos. El estilo del FC Barcelona basado en el apaciguamiento del balón y el embellecimiento de la jugada, en contraste, con el del Real Madrid CF apegado a su vertiginosa y potente transición ofensiva.  Dos formas de jugar diferentes pero que pueden ser igual de efectivas y espectaculares si son aplicadas de la manera adecuada. En aquel play-off cada uno recibió lo que merecía, pero, el espectador que ama el juego más allá de los colores, sintió un leve desasosiego. Una equilibrada intranquilidad mezclada con una inquietante frustración. El desprecio hacia determinado estilo expulsado por la comunidad futbolística fue el detonante. Por si fuera poco, esta confrontación se extrapoló a otros rincones del planeta, El “Checho” Batista, entrenador de la selección argentina, quiere que su equipo juegue como el Barcelona, el “Mano” Menezes, al frente de la canarinha busca evitar la catástrofe del ’50 a punta de equilibrio, Xavi dice que pierde o gana el fútbol cuando ellos obtienen similar resultado y así se van dejando esas semillas en la mente de las personas alrededor del globo. No es difícil ver encontrar la cara de asco por parte de algunos futboleros cuando ven un pelotazo al 9 o síntomas de querer caer en los brazos de Morfeo cuando algunos presencian más de 20 toques. Lo triste de todo esto es que muchos se pierden de la belleza de lo que sucede el campo. Estando más ocupados en decidir en una confrontación sin sentido acerca de que manera de jugar es mejor, se pierden de los pequeños detalles que ofrece cada estilo, del trabajo que hay detrás de él y la hermosa lucha de querer imponerlo en el campo.

A todo esto se me vienen símiles con el mundo moderno. El viejo refrán de Confucio entra en aparición: “cuando el dedo señala la luna, el necio se pone a mirar el dedo”. Lo verdaderamente significativo se pierde Muchos por estar encerrados en un solo aspecto no disfrutamos de lo verdaderamente significativo. Es como tener a una mujer, no apreciarla y enfocarse en sus defectos, ninguneando su palpitante resplandor. Igualmente, por estar concentrado en si un equipo tocó y tocó hasta más no poder nos perdemos del ir y venir de los desmarques, el movimiento constante del mediocentro sirviendo de apoyo, el sprint del extremo en el momento preciso. Buscamos la belleza en el dedo y no en la luna. ¿Por qué no podemos ver el fútbol desde todos los colores en el que se nos muestra? Mi tesis es que vivimos en la dictadura de la belleza. El más bello y pasmoso es idolatrado, el feo y diferente es sometido. Siguiendo la estupidización que nos inocula la televisión y los estándares del pensamiento colectivo, apoyados en su panda de títeres carnavalescos generadores de intensa grima, las gentes del mundo optan por la identidad de turno con miedo a ser diferentes pero sobretodo con miedo al rechazo.  Nos dicen que el fútbol irrefutablemente debe jugarse de tal manera y para no sentir las amargas mieles del aislamiento, se acepta y se predica dogmáticamente. Es sano preferir algo por sobre otro, pero deja de serlo cuando se cierra mentalmente a las diversas opciones, satanizándolas y despreciándolas. Es igual de bello ver como un equipo con el balón en banda, le baste 2-3 toques para llegar al área rival. Es igual de bello ver como un equipo (independiente de su historia o dimensión) acepta su inferioridad, junta líneas, cierra opciones de pase y sale rápidamente al contraataque. Es igual de bello ver como jugando con la vista del espectador, unos cuantos jugadores parecen jugar al fútbol sala con sus paredes o toques rápidos cerca del área. Es igual de bello el fútbol sin importar como se juegue.

No veamos a la pluralidad como una maldición, como un mal a erradicar. Dicen que para gustos los colores…y el fútbol. Y bien, se abrió con Galeano y se cierra con él: “En Babilonia, la ciudad maldita, que según la Biblia fue puta y madre de putas, se estaba alzando aquella torre que era un pecado de arrogancia humana. El rayo de ira no demoró. Dios condenó a los constructores a hablar lenguas diferentes, para que nunca más pudiera nadie entenderse con nadie, y la torre quedó para siempre a medio hacer. Según los antiguos hebreos, la diversidad de lenguas humanas fue un castigo divino…pero quizá, queriendo castigarnos, Dios nos hizo el favor de salvarnos del aburrimiento de la lengua única”.

sábado, 7 de mayo de 2011

Como en los tiempos de antes

No estaba presupuestado, después de aquella seguidilla de clásicos españoles, el común futbolero no pensaría en la idílica Libertadores. Por si fuera poco, los resultados de la ida no daban lugar a aparentes sorpresas, pero, solo es recordar el nombre y la historia de esta competición para poner en tela de juicio dicha afirmación. Sin embargo, el primer partido de la jornada de vuelta, justificaba dicha máxima aunque por poco no lo hace. América de México recibía al Santos de Neymar y Ganso, un equipo que sobrevive a base de los destellos de este par, la experiencia adjunta a la polivalencia que aporta Elano y desde aquel partido a los reflejos de su portero Rafael. En Querétaro, Santos salió con ganas de marcar un gol fuera de contexto y matar la eliminatoria que lideraban con el 1-0 conseguido en Brasil. No lograron marcar un gol pero si sufrieron. Como mínimo América mereció el empate y llevar la serie a los penaltis, pero, quizás los Dioses del fútbol preveían el descalabro que estaba por venir. El partido termino 0-0 con Rafael como figura y el Santos como primer clasificado a cuartos de final. Las otras llaves al parecer no admitían desconciertos. Internacional de Porto Alegre había sacado un valioso empate 1-1 del mítico Estadio Centenario ante el histórico Peñarol que volvía a la competición donde es pentacampeón. Fluminense, un equipo in crescendo y con una plantilla envidiable, acostumbrado a las épicas parecía no necesitarlas debido al 3-1 que había logrado en Brasil ante Libertad. Cruzeiro, el mejor equipo de la primera fase, se llevó de Colombia un 1-2 a favor ante el Once Caldas. Por último, Universidad Católica, el tapado de esta Libertadores, salió con una peligrosa victoria ante Gremio en Brasil 1-2. El viento al parecer soplaba a favor de un solo lado.
 
En el gigante de América, Brasil, más en específico en Beira-Mar acontecía el primer acto, el campeón defensor Internacional de Porto Alegre, alineaba a Bollati y Guiñazu como puntos de equilibrio y estandartes de la base de la jugada con desmarques de apoyo en la segunda jugada; a Kléber para generar amplitud y superioridad en la banda izquierda así como D’ Alessandro en el rol de la administración de los tres carriles en los últimos ¾ de cancha. Con estas premisas, Oscar al minuto y 20 segundos ponía en ventaja al equipo brasileño más argentino.  Inefablemente el marcador al descanso era de 1-0 cuando podía haber tenido un 3 o 4 tranquilamente en favor del Colorado. En la segunda parte, si mi cronómetro no me falla, a los 20 segundos de iniciada la misma, Alejandro Martinuccio empataba el partido tras una jugada rápida de primeros toques. Cabe destacar, que ambos equipos encajaron goles al inicio de las respectivas etapas, lo que desnuda la falta de concentración con la que afrontaban ambos equipos el marcador. Cerca del minuto 50, al más estilo uruguayo, en un centro desde la banda izquierda Juan Manuel Olivera manda un cabezazo al ángulo y enmudecía un estadio entero, tal cual como Ghiggia lo hizo aquel 16 de Julio hace 61 años. Una vez más Uruguay destrozabala ilusión a Brasil.

En el segundo acto, Libertad recibía a Fluminense, Cruzeiro a Once Caldas y Universidad Católica a Gremio, todo en simultáneo. Concentrado en lo que acontecía en el  Arena do Jacaré, Once Caldas mandaba para la remontada a Wason Rentería como punta aprovechando su talento en el 1x1 y el poco talento defensivo de la zaga del Cruzeiro, Dayro Moreno como playmaker y Mirabaje-Carbonero, como volantes buscando el fuera-dentro. El equipo colombiano no dudó en ir a por el marcador, tanto así que a pesar de las innumerables ocasiones que dispuso su pésima efectividad le negó irse arriba en el marcador durante la primera etapa. En el segundo tiempo, Osorio cambiaba a uno de sus mediocentros por Pajoy, buscando romper la endeble banda derecha del Raposa. La entrada de Pajoy le imprimió más vértigo y velocidad al juego así como le generó ocasiones de gol que seguían sin aprovechar los colombianos. No fue hasta un córner donde el central Amaya conectó un cabezazo que encendía de nuevo la esperanza. 5 minutos después en una llegada de Pajoy que de forma absurda pierde dos goles en la misma jugada pero que Dayro Moreno de forma poética mandaba a guardar dejando así para sorpresa de los mismo hinchas del Once, al equipo en cuartos. Ya el Cruzeiro, sin un plan de juego definido y muy desorganizado trato de hacer en 15 minutos lo que no quiso hacer en 75. Tanta fue la impotencia, que su entrenador Cuca le propinó un codazo al jugador Rentería, y para continuar con la recreación de la vieja Libertadores, el kinesiólogo de los colombianos entró al campo y frenó un ataque del Cruzeiro, dando paso así a una trifulca digna de la libertadores de los 80. Al mismo tiempo, en el militante limítrofe suroccidental Boliviano, Libertad se imponía al Fluminense 1-0, que no le alcanzaba para la clasificación, pero luego un remate de media distancia de Salinas, daba el insólito 2-0 y para colmo un cabezazo sobre el final el equipo más equilibrado de la primera fase sepultaba al Flu con un 3-0 . Más al éste Sudamericano, en Chile, la Católica a falta de 5 minutos acababa con las ilusiones del Gremio, con un testarazo de Mirosevic en el juego aéreo impidiendo justamente que el más mediocre de los brasileños avanzará de ronda. ¡Que jornada para el fútbol brasileño! Lo curioso es que debido al crecimiento económico (y futbolístico) del país, es muy contradictorio este genocidio de equipos en octavos de final.

El último acto estaría precedido de un soporífero Cerro Porteño-Estudiantes. Viajando de nuevo al Corazón de América el equipo paraguayo mediante los penales despidió al Pincharratas en el peor partido de la fase de knockout, el cual considero suprainnecesario recordar o analizar. Retrocediendo al norte americano, los protagonistas a Junior y Jaguares así como Vélez y Liga Deportiva Universitaria de Quito. El equipo barranquillero recibía a los felinos en el Estadio Metropolitano con un 1-1 en el global. Pasados los minutos del primer tiempo se podía divisar la mansa transición ofensiva del equipo de Jaguares así como su respetable fase defensiva posicional. Los mexicanos presionaban en la zona de pérdida y se iban acumulando atrás poco a poco, aunque no desprendían muchos hombres en el ataque, solo Jackson Martínez y Edgar Andrade sobresalían. En defensa solían ganar los balones aéreos y con el transcurrir de los minutos se fueron asentando en defensa. Los colombianos eran un equipo muy largo, existía una distancia considerable entre los dos delanteros Bacca y Páez y el creador de juego Giovanny Hernández, no obstante, no aportaban desmarques de ruptura en donde Hernández es experto en romper líneas. La fase ofensiva del Junior estaba muerta. Igualmente Valencia y Viáfara, encargados de generar superioridad en el medio campo, así como de participar en la segunda jugada, tuvieron una noche discretísima. En defensa, el repliegue era un desastre, agolpando gente en lugares de poca trascendencia, en adición, salían a presionar en el momento inadecuado dejando espacios que aprovecharon en una que otra ocasión los mexicanos. Con 2 errores garrafales del portero de Chiapas (que insólitamente fue cambiado durante el partido y agredió a su DT por la decisión) más un penal un poco dudoso llegaron los 3 goles del Junior, en Jaguares, dos de los tres goles fueron errores defensivos de benjamines por parte del Tiburón. El marcador final fue 3-3 donde los mexicanos contra pronósticos enfrentarán a Cerro Porteño.

El telón se cerraba en la mitad del mundo, en Quito, con Vélez-Liga, retrasado por problemas de iluminación, donde Liga obligado a remontar el 3-0 sufrido en el José Amalfitani y movido por su misteriosa revitalización estilo ave Fénix cuando juega de local, no logró marcar durante la eliminatoria. Con 2 bajas importantísimas, como Neicer Reascos, el carrilero que le aporta una superioridad en banda magnífica, y sin Cristian Bolaños, su playmaker, y con Patricio Urrutia, que le da un plus en el mediocampo, con su media distancia y la automatizada búsqueda de los delanteros de Liga por el rebote, así como su manejo de la segunda jugada, en el banquillo, dependían del delantero argentino Hernán Barcos, que tuvo opciones para llevarse al menos 1 gol  pero que el destino negó. Entre tanto Vélez, equipo que posee la mejor fase ofensiva en general, de todo el campeonato, sufrió y aguantó el alud de ocasiones de los ecuatorianos con su más que aceptable defensa, pero que en 2 contragolpes abultó la eliminatoria a un 5-0 final. Con Ricky Alvarez y Augusto Fernández, aportando gambeta y desequilibrio en la zona de definición, así como la potencia de Santiago “el tanque” Silva, El fortín tiene serias opciones de aspirar al título.

Una noche histórica en la Libertadores, de los 5 equipos brasileños en el torneo, 4 se despidieron el mismo día, solo Santos sobrevive. La mística que envuelve al estadio de LDUQ sufrió un revés. Las remontadas estuvieron a la orden del día, la suerte también, como ocurrió con Cerro y Jaguares. Queda Libertadores. Los cuartos están a la vuelta de la esquina. Serás lo que debas ser…como en los tiempos de antes.