martes, 19 de abril de 2011

El periodismo deportivo y la objetividad

Todo estaba conspirado para que fuese un gran día. Real Madrid y Barcelona eran los autores intelectuales. En el mundo exterior estaba todo, la TV, los amigos, las apuestas, los pasabocas…el mundo abstracto también estaba completo, la incertidumbre, la tensión, el buen ambiente; en fin, era el clásico que paralizaba al mundo entero. Nada podría salir mal...hasta el momento que empezó el partido. A medida que pasaban las fracciones del partido, me enervaba cada vez más. Aquí no me refiero al partido en sí, que para este servidor fue una muestra futbolística exquisita distante de la percepción del mismo por parte de las masas, lo que me hacía sentir inhóspito por pasajes del juego, eran los relatores. Para los comentaristas argentinos que cubrieron el partido toda simple acción del Real Madrid era una aberración al fútbol, en cambio, toda jugada del Barcelona era una pincelada digna de Michelangelo, cada acción de Lionel Messi era válida y majestuosa, las acciones de Cristiano Ronaldo eran egoístas y chulescas. Es más, en aquella fea acción de Messi hacia el Bernabéu, el silencio de estos periodistas fue delatador para después justificar al argentino alegando un momento de “calentura”. Ahora yo me pregunto, ¿dónde está la imparcialidad y el objetivismo? Hoy en día tenemos que aceptar el fanatismo ya sea patrio o deportivo del periodista, algo inadmisible. Si te parece que cierto jugador tiene ciertas cualidades o defectos, perfecto, es tu opinión, pero decirlo en público es una agresión con el espectador. Durante un partido toca tragarnos la opinión del comentarista estemos de acuerdo o no. Es imposible no picarse por algún comentario de la vocecita que sale de la caja televisiva. Es imposible. Igualmente, en estos últimos días, todo este avasallamiento mediático con base en los 4 clásicos ha tenido al morbo como elemento primario. De fútbol se habla muy poco, generando un ambiente disociador. ¿A qué conlleva todo esto? A que el disfrute del juego se vea empañado. Se ha ido tan lejos en lo anterior, que el periodismo actualmente es una vorágine de incoherencias en búsqueda de audiencia usando la fuerza-mediática-para imponer ideas con el fin no de informar sino de obtener el máximo beneficio. Es que no me cabe en la cabeza otra idea. No me cabe en la cabeza una explicación de porqué el morbo frente al equipo de Josep Guardiola. No me malinterpreten, el fútbol de la sinfonía de Pep es una delicia, pero el andamio mediático tras de él me exaspera. No me cabe en la cabeza por qué un jugador hoy está en el olimpo cuando estuvo en el averno días antes. No me cabe en la cabeza porque tanta mentira, tanto morbo, tanta parafernalia. No me cabe en la cabeza el periodismo actual.  

Por otro lado, las personas en su gran mayoría confían en los medios. Ven en ellos una especie de seres superiores apóstoles de la verdad, entonces por alguna razón u otra, la gente repite como súbditos lo que dicen los periodistas para sentirse portadores de ese dulce enigma que implica la verdad. He aquí el problema, se empieza a aceptar la realidad subjetiva como realidad objetiva, pero lo que es peor es que empieza a cultivar la ignorancia. Los “analistas” creen saber más que la media futbolera, cuando es todo lo contrario, así, fácilmente se crea toda una cultura de la ignorancia. Entendiendo de forma sencilla cultura como una asimilación del entorno, muchas personas consideran al fútbol como un deporte sencillo, cuando es todo lo contrario. El fútbol es un deporte muy complejo. Me pareció increíble análisis tan básicos y nimios durante el clásico (y después también), como que el Real Madrid jugó como equipo pequeño de forma miedosa o que tenían pocos argumentos futbolísticos para enfrentar al Barcelona. También, comentarios como que la posesión de balón del Barcelona fue muestra de la superioridad que tuvo el equipo culé durante el partido o aquel que me pareció increíble fue que se veía con asombro porque el Real Madrid no presionaba a Piqué cuando este prácticamente cruzaba la mitad de la cancha con el balón, siendo esta muestra del miedo del equipo merengue ante los catalanes. No se va más allá. Se queda todo en que el Madrid es un equipo que sale a contragolpear, punto. Que el Barça solo toca y toca el balón, y ya. No se habla de la posición de Pepe, no se habla de lo mal que atacó el Barcelona, nada. Entonces, el aficionado sale con la idea de que un equipo es simple y llanamente mediocre y el otro soberbio, se distorsiona la realidad. Se entra en una especie de caverna platónica, donde las sombras son aceptadas como la realidad, siendo nosotros condenados a concebir por real cada una de las sombras proyectadas ya que el conocimiento de lo que acontece a nuestras espaldas es incierto. Sin embargo,  aquellos que no nos quedamos con lo básico, nos sumergimos en una búsqueda de conocimiento, encontrando en los lugares más recónditos, análisis de calidad que escudriñan en los detalles, que hacen del fútbol un deporte complejo pero bello gracias a lo mismo. Es tiempo de apagar la televisión y encender la mente.

1 comentario:

  1. Que gran artículo, Marcel. Espero tu visión dle excelso espectáculo de ayer.

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