sábado, 9 de abril de 2011

¿Y el Fair Play donde está?

Tirar el balón afuera cuando el contrario está lesionado. Intercambiar camisetas al final del partido. Ser agresivo más no malicioso en las entradas. Darse un estrechón de manos al iniciar el partido. Todas estas premisas son ejemplos que le dan forma al concepto de Fair Play. Más bien, al concepto FIFA del Fair Play. Para la FIFA el Fair Play es una campaña que nace a raíz del famoso gol con la mano de Maradona ante los ingleses en el ’86 (para mí el concepto del “mejor jugador de la historia” no existe, sin embargo, “el jugador más influyente de la historia” sí, y el argentino tiene el trono reservado muchos años). Lo que busca es mejorar el aspecto íntegro de la competitividad, dar ejemplo a las futuras generaciones y enriquecer el juego. Eso sobre el papel. Pero en la realidad, no es más que una simple maniobra política de la FIFA  junto con esa superflua campaña “Di No al Racismo” para expandir su influencia sociopolítica y deportiva a nivel mundial. La FIFA no ha hecho esfuerzos reales por honrar el juego limpio en el campo ni por eliminar el racismo de los estadios de fútbol. Los jugadores se siguen tirando, siguen pidiendo tarjetas, siguen los cánticos racistas llegando al punto de tirarles bananas a los jugadores como sucedió con Neymar. Pero bueno, distanciémonos un poco del tema del Racismo, que es mucho más complicado y amerita un post más laborioso, y centrémonos en el juego limpio. 
El juego limpio puede definirse como el comportamiento sincero y honorable de un deportista con sus contrincantes y el entorno. Sin embargo, para aclarar el concepto está el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, que nos dejó una joya muy bella: “Lo importante de la vida no es triunfar sino competir, no es haber vencido sino haber luchado bien”. Este pedagogo francés del que poco se habla, pero que tenía unos ideales muy bellos, dedicó su vida a materializar su idea de una competición en donde deportistas del mundo midieran fuerzas pero bajo el marco de la fraternidad y la deportividad. Hoy en día los Juegos Olímpicos existen, pero quizás lo que de Coubertin quería decir era diferente. Viajando al campo meramente futbolístico, los valores de juego limpio, competitividad y deportividad brillan por su ausencia. Ejemplos hay miles. Recuerdo en el pasado mundial de Sudáfrica, dos situaciones peculiares. Primero, la mano del uruguayo Luis Suárez, en el minuto 120 por los cuartos de final ante Ghana. No voy a decir que Suárez eliminó a Ghana del mundial y privó a África de su primera semifinal, ya que Gyan erró el penal; lo que sí puedo decir es que con esa acción tan simple disminuyo las probabilidades de Ghana acceder a la fase posterior en ese instante. Al momento de cobrar un penal tienes más posibilidades de errarlo que de convertirlo. Curiosamente se marcan más de los que se fallan. En fin, Suárez desequilibro la balanza por así decirlo. Tomó ventaja de una situación en concreto, y el Mundial es un torneo que se resuelve en situaciones MUY puntuales. Por otro lado, recuerdo el partido de la final, en donde Países Bajos fue un poco agresivo en las entradas, llegando a la mala intención. No obstante, algunos jugadores españoles también estaban contagiándose de los De Jong & Cia., como Iniesta que simula una falta al minuto 103 y lo que me parece más aborrecible, le pide tarjeta a Webb para que Heitinga salga expulsado. También se me vienen a la mente las parafernalias en el forzamiento de tarjetas amarillas/rojas. Los protagonistas de la película son el Real Madrid y el FC Barcelona. Por indicaciones de sus respectivos técnicos, “solicitaron” a algunos jugadores en especial a que simularan pérdida de tiempo, para así acumular las tarjetas necesarias para perderse el próximo partido y llegar “limpio” al siguiente. La copa que rebasa el vaso. De forma indirecta, irrespetan al siguiente rival, que no son dignos. Todo sea por ganar. Totalmente lamentable.

Bueno, y ¿Qué hace la FIFA ante todo esto? Piensan que obligando a los jugadores a saludarse al principio del partido, ya está todo resuelto, cuando el problema va más allá. En las escuelas de fútbol, el entrenador les dice a los jóvenes que al más mínimo contacto se tiren. El problema es educativo. En las escuelas de fútbol, no se enseñan los valores deportivos que previamente había expuesto, simplemente se le enseña al jugador que tiene que rendir y ganar. Todos esos valores se dejan a un lado. Igual, sucede en la cotidianidad. Todo es una totalidad. El mundo en sí es un sistema en donde todos sus elementos están interrelacionados. En nuestra vida, se nos fuerza a mostrar resultados, a conseguir objetivos sin importar lo demás. Cuando se te habla de clichés como “amar lo que haces” o “disfrutar el proceso”, le restamos importancia. El fin va primero. Es un mundo competitivo donde el más fuerte sobrevive. El joven a medida que crece va siendo absorbido por ese pensamiento y lo demuestra en su accionar. No obstante, cuando enciende la televisión y ve a sus ídolos hacer esas demostraciones de cancherismo y la prensa así como mucha gente celebrarlas, piensa que estará bien. Tiene que ser elemento base y de constante reiteración al jugador que lo importante es competir, que hay que acatar las normas de juego, que hay que respetar al rival y al juez, que hay que darlo todo pero que no vale todo.

Sería muy bello, imaginarse una favela en Brasil, un potrero en Argentina o un caserío en Colombia, donde un grupo de chicos se reúnen a darle patadas a un balón, donde las faltas terminan sin rencores y los caños en risas, o el equipo perdedor paga el refresco de todos y se mezcla con el equipo ganador a contar anécdotas. Imaginarse un partido de fútbol donde todos se den la mano al inicio del juego, ayuden a levantar al rival que barrieron, que rían cuando le tiran un regate o una gambeta, que no se tiren para tomar de ventaja de las reglas, que no se proteste porque te cambiaron, que no se le exija tarjeta al árbitro por una mala barrida, que se acepten las disculpas del rival por las mismas, que no se respondan a las provocaciones contrarias, que no se fuercen tarjetas, que no se pierda tiempo cuando se tiene ventaja, que no se meta la mano para marcar un gol o salvarlo...algo como decía Cantona: “Lo hacías simplemente porque te gustaba”. Jugar para competir...simplemente porque te gusta.

5 comentarios:

  1. Te dejé contestación en mi blog, no se si la leerías. De todos modos te la traigo aqui
    "Estuve buscando esos datos hace tiempo para elaborar un ratio aplicable a los goles por penalti a la hora de contabilizarlos para los goles en general, y no encontré datos históricos completos, pero sí datos de ligas y años, y el acierto a gol rondaba grosso modo entre el 70-80%, más cerca del 80, si bien en el caso de jugadores especialistas, su porcentaje era normalmente superior a 90.
    También encontré que aproximadamente 1 de cada 20 iban fuera.
    Respecto a lo que dices de Luis Suarez, totalmente de acuerdo. En esos casos había una regla antigua que establecía que cuando la jugada de penalti acababa en gol, se aplicaba la ley de la ventaja. Es cierto que la mayoría de los penaltis se marcan, pero elegir entre muerte segura y muerte muy probable, es fácil si se tiene opción "

    100% de acuerdo con el post. Fíjate si estoy quemado al respecto que el año que viene voy a dejar de ver partidos de liga (me reservaré solo para algunos importantes) y me concentraré sobre todo en Champions y algunos partidos de Premier y Bundesliga.
    Con el tiempo sobrante me dedicaré a seguir más de cerca el rugby, donde todas estas mierdas no se dan.
    Te recomiendo que veas alguna vez un partido de selecciones del 6 naciones o algo así, a ser posible con la gente de las Islas Británicas como local.

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  2. @Geryon

    Por supuesto que ví tu comentario, es más por eso le agregue la línea "curiosamente se marcan más de los que se fallan".

    Y sí, como dice el viejo refrán "El fútbol es un deporte de caballeros jugado por gañanes. El rugby es un deporte de gañanes jugado por caballeros".

    Saludos.

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  3. "¿es más “miedoso” monopolizar la posesión del balón con miedo a que tu rival te la robe y marque, o cerrar espacios atrás porque sabes de lo que es capaz tu rival con ellos?"

    Fantástico, así de claro. Es que nadie ha dicho esto, me canso de decirlo yo ante mis amigos. Fantástico, de verdad. Lo del Barça es puro conservadurismo, jugar a la defensiva con el balón.

    Por cierto, buena imagen la de Busquets para reflejar lo que expresas del post.

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  4. La FIFA (y la UEFA) creen que han hecho mucho por el fútbol y lo único que hacen es convertirlo en negocio. Podrían mejorarlo en muchísimos aspectos (uno de ellos, todo lo referente al Fair Play)... y seguiremos esperando mucho tiempo...

    "Hecha la ley, hecha la trampa", dice un dicho popular en España. Tú debes respetar la ley al máximo y estudiarla para sacarle el mayor beneficio posible porque todas dejan "ventanas abiertas" por las que escapar.

    El reglamento del fútbol dice que los jugadores no pueden engañar al árbitro y que si el árbitro considera que están intentando engañarle, podrá sancionarles.

    ¿Forzar tarjetas? Eso es inmoral, y tal vez poco ético. Pero LEGAL. Que no se nos olvide. El problema viene cuando los que mandan sancionan a alguien por algo que no han dicho que es sancionable. Muy mal la FIFA/UEFA queriendo dar ejemplo sancionando al Real Madrid, a Mourinho, a Alonso...

    Ojo, diría muy bien si a raíz de eso hubieran intervenido en cada partido y hubieran sancionado a todo aquel que actuara de esa forma. Pero no ha sido el caso. Para muestra, el Barcelona, Guardiola, Valdés y Busquets contra el Villarreal.

    Ahí los del arbitraje miraron para otro lado.

    No sólo los que escriben la normas, deberían repasarlas, revisarlas, analizarlas, estudiarlas, ampliarlas, mejorarlas... También deberían aplicarse a sí mismos el principio de equidad y universalidad y aplicarlas a todos de la misma manera.

    El fútbol tiene normas estúpidas, normas que faltan, y justicieros demasiado poco justos.

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  5. @sirdani

    ¡Gracias por comentar!

    Ahora, tampoco hay que tomarselo todo de forma dogmática. El Barcelona es un equipazo. Lo que trato de expresar con esa pregunta, es que esa idea de "jugar con miedo"/"jugar como equipo pequeño" es un concepto absurdo y superfluo, que venden la ígnara prensa deportiva.

    El Barcelona tiene su estilo de defender. Teniendo la pelota, ubicandose bien cuando la pierdan y sacar ventaja de ello al presionar. ¿Es ello malo? Para nada. Es su estilo, es respetable y le ha dado muchos frutos. No es que jueguen a la denfesiva. Los equipos buscan reducir riesgos, y el FCB tiene jugadores para tener el balón. Xavi/Iniesta/Messi aman el balón, pueden quedarse días haciendo rondos además de tener un sentido de pertenencia admirable por el plantel. El estilo podría definirse con base a la naturalidad de sus jugadores.

    Saludos.

    @Luisi

    ¡Gracias por comentar!

    La FIFA y sus organizaciones continentales son unos hipócritas, así de sencillo. Son gente que no les interesa el fútbol en lo más mínimo. Lo han despojado de su esencia. Incluyendo reglas estúpidas y campañas mercadotécnicas irrelevantes para el desarrollo del juego.

    En estos días estaba viendo el Brasil-Checoslovaquia de Mexico '70, y era bello ver que a pesar del juego duro (durísimo), los jugadores se disculpaban, ayudaban al contrario, no sacaban ventaja de las reglas al tirarse, etc., y no necesitaban de campañas desapacibles.

    Saludos.

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